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Es puro artificio. La belleza digital emula a la real para alertar de que puede perderse, para contar de una manera artística que todo el color y la magia de un arcoíris también está amenazado por el cambio climático, que la intensidad se pierde, que el futuro no es halagüeño ni si quiera para todos esos fenómenos naturales que han iluminado la existencia de quienes nos preceden. Lukas Truniger es un artista suizo afincado en París con un currículo en el mundo del arte digital que apabulla y que estos días ultima una residencia en Laboral Centro de Arte para algo tan poético como crear arcoirís. Lo hace con algo tan pragmático como una máquina fruto del trabajo conjunto con un físico también suizo de nombre Bruce Yoder, con el que lleva ya tiempo estudiando los fenómenos atmósfericos para trasladarlos al formato de la instalación, para recrearlos en espacios acotados y que todas las miradas se pongan sobre ellos con ese ánimo revelador y conciliador.
Así será a partir del día 5 de diciembre con 'Arcoíris imposible: un ejercicio de paisajismo celeste'. Entonces se podrá observar el resultado de esta residencia en los antiguos talleres de Cabueñes, un espacio muy amplio para vivir una obra viva en el sentido de que permitirá al espectador moverse con la sala y advertir las diferentes perspectivas que aporta el espectro de colores que se acompaña de música electrónica.
Llegar a hasta este punto es fruto de un trabajo largo en el tiempo de este joven creador que en 2018 comenzó a investigar en torno a las nubes. «Esto comenzó como un proyecto de colaboración con Bruce Yoder, en el que recreábamos nubes sintéticas en colaboración con un arquitecto», revela el artista, que cuenta cómo, tras poner en marcha proyectos expositivos ad hoc que aún siguen rulando por el mundo, su investigación derivó hacia los fenómenos ópticos que ahora le acercan a Gijón a través del programa europeo EMAP (European Media Art Platform) para artistas emergentes.
Esa búsqueda comenzó hace un año y cómo sucedió con las nubes, el primer proceso pasa por entender esos fenómenos atmósfericos. «Es la única manera de poder recrearlos después», cuenta el artista. «Queríamos continuar esta investigación con los arcoirís, sobre todo porque en estos tiempos del cambio climático es también importante entender que los arcoirís son diferentes a medida que la atmósfera cambia, de modo que de alguna manera es una forma de intentar preservarlos», cuenta el creador suizo. ¿Estamos perdiendo los arcoirís? «Están perdiendo intensidad, es algo que están investigando ahora los científicos», confirma. Simplemente la presencia de una mayor polución puede significar una menor visibilidad de cualquier fenómeno que se genere en la atmósfera.
Hay que estar alerta. Eso pretende esta instalación que cose la parte artística con la puramente técnica. «Pensamos juntos cómo podíamos ir resolviendo los problemas, cada uno tiene diferentes habilidades, él es físico y químico, y yo también he trabajado con las luces y buscamos algo que pudiera ser interesante, pero teníamos claro que no queríamos producir el fenómeno natural, es una elaboración humana completamente diferente, queríamos que fuera así, no recurrimos a la refracción de las gotas de agua y eso lo que es interesante, que al recrear el arcoíris hemos creado algo nuevo», asegura quien es ganador del premio Lumen de arte digital.
El inmenso espacio de la Laboral será el primero en estrenar esta propuesta, pero no será el único. «El lugar es fantástico por su arquitectura y por otras muchas razones», señala, pero pese a su inmensidad aspiran los creadores a que no sea este el más grande que lo albergue, porque están trabajando ya en que pueda llegar a espacios públicos, dejar las salas y salir al exterior. Eso será más adelante. Antes habrá que ver cómo el público lo habita. Sostiene Lukas que lo mejor es hacerlo como lo haría un niño, con la mente abierta, recorriéndolo, mirándolo, disfrutándolo.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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