'Buena pesca', óleo de 1903, en una de las dos salas pintadas en un tono azul que permite disfrutar la luz.

La luz sublime de Sorolla inunda el Bellas Artes

Las catorce obras del valenciano que forman parte de los fondos del museo se exponen por vez primera de forma conjunta en el centenario de su fallecimiento

M. F. Antuña

Gijón

Viernes, 3 de noviembre 2023, 00:58

«Un ojo gigante hipersensible a la luz». Con esta expresión tan contundente y elocuente se refería Gabino Busto, el comisario de 'Pinceles llenos de ... sol', a la obra de Joaquín Sorolla, de quien este 2023 se cumple el centenario de su muerte y de quien el Museo de Bellas Artes de Asturias atesora nada menos que catorce obras, trece llegadas a través de la dación de Pedro Masaveu Peterson, el mayor coleccionista español del valenciano, y una en depósito de la colección del astur mexicano Juan Antonio Pérez Simón. «Cualquier museo del mundo quiere tener una obra de Sorolla y nosotros tenemos catorce», presumía Busto.

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CABECERA

  • Pinceles llenos de sol Hasta el 21 de enero en el Museo de Bellas Artes, salas 17 y 18 de la Ampliación.

  • Obras Catorce lienzos de Joaquín Sorolla que forman parte de los fondos del museo asturiano, procedentes de la dación Masaveu y un depósito de Pérez Simón.

Sucede que esas obras, desde los noventa en el museo y que le sitúan como referencia internacional en el conocimiento del pintor, nunca se habían expuesto de forma conjunta. Lo hacen ahora, en el edificio de la ampliación, en dos salas pintadas de un azul que permite lucir esa luminosidad que derrocha la obra del artista.

Será hasta el 21 de enero cuando se puedan disfrutar esas telas, y una de ellas, 'Corriendo por la playa', un óleo de 1908, con sorpresa incluida, puesto que se ha replicado el marco original que el propio Sorolla había diseñado para él siguiendo la inspiración griega. Ha sido la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes la que ha financiado la recuperación de ese marco conocido a través de fotografías y bocetos y desaparecido.

'Corriendo por la playa' recupera su marco original gracias a una copia.

Cubren las obras expuestas un espectro temporal que va de 1894 a 1912 y se subdividen en dos salas atendiendo la primera al realismo y la segunda al modernismo posterior. Son obras maestras e icónicas del pintor y también algunos estudios para otros trabajos, como los realizados para la Hispanic Society, y conducen incluso a conocer el influjo de las visitas de Sorolla a Asturias, puesto que una de las obras, 'El xatín' de 1902 del depósito de Pérez Simón, refleja una escena rural asturiana.

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El recorrido visual conduce hacia esa luz infinita y permite saber más sobre el genio creador, cuya esposa Clotilde está retratada en la muestra, a través de códigos QR que acercan al público a las palabras del propio Sorolla, sus amigos y sus críticos.

Habrá también al hilo de la exposición conferencias y también se trasladarán reproducciones de las obras a la Unidad Terapéutica y Educativa de la cárcel de Asturias en el marco del programa 'Tendiendo puentes'.

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Un visitante observa 'Pillos de playa', un estudio para 'Triste herencia'.

Tanto el director del museo, Alfonso Palacio, como el comisario de la muestra insistieron en la importancia de «profundizar en el conocimiento» y la difusión de un artista imprescindible del arte español, sobre el que, como señaló la viceconsejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez, el museo es referencia. «Es incuestionable que el Bellas Artes es uno de los pilares de la cultura asturiana», afirmó en un acto de presentación matinal, previo a la inaugural vespertina, que contó también con la presencia del director general de Patrimonio Cultural, Pablo León Gasalla; el presidente de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes, Alfonso Martínez, y la concejala de Educación de Oviedo, Lourdes García López. Se celebraba este acto justo el día en el que se producía la licitación de la última fase de la ampliación del museo.

Todos ellos recorrieron esas salas 17 y 18 que muestran el trabajo de los constructores de barcos cuando finalizaba el siglo XIX, que recrean la bendición de una barca en el mismo periodo y con el propio Sorolla pintando su sombra sobre el sobrepelliz del monaguillo, que conducen a la llegada de los pescadores a tierra, al baño infantil y el solaz del Mediterráneo, al transporte de las uvas pasas en Jávea, a la vida rural del País Vasco... Un catálogo lo muestra ya al completo. Pero lo mejor es ver y sentir esas pinceladas que son destellos de luz en las distancias cortas.

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