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AZAHARA VILLACORTA
GIJÓN.
Jueves, 29 de agosto 2019, 00:14
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Laboral Centro de Arte y Creación Industrial enfrenta a las fuerzas políticas con representación en el Parlamento asturiano desde su misma creación, en 2007. Posiciones que se vuelven a enconar después de que EL COMERCIO publicase hace unos días que el estandarte de la vanguardia artística en la región apenas suma una treintena de visitantes diarios en lo que va de verano.
Lastrado por la reducción de ingresos tras la retirada de patronos privados y el descenso de las aportaciones de las administraciones públicas que hicieron que la actividad bajase y, en paralelo, las visitas se redujesen, para el diputado de Podemos Rafael Palacios «es evidente que algún error se debe estar cometiendo para que la cifra de visitantes diarios ni siquiera alcance las treinta personas, un dato paupérrimo si se tiene en cuenta el volumen global del turismo en Asturies».
Así que Palacios, que aspira a convertir el equipamiento en un gran «foco de atracción cultural» de la región, lanza un mensaje muy claro a la nueva consejera de Cultura, Berta Piñán: «La Consejería de Cultura debería hacer autocrítica al respecto y aumentar la dotación económica y material para que el centro disponga de todos los recursos necesarios para ampliar la agenda de actividades, además de facilitar que se potencie su comunicación y difusión».
También desde el otro extremo del espectro ideológico la diputada del PP Gloria García reclama «una mayor implicación, fundamentalmente por parte del Principado, para contribuir, sobre todo, a hacer una programación más atractiva y conseguir así un aumento en el número de visitas y participantes. Este es el principal reto». Y es que, explica, los populares defienden «el apoyo a la industria cultural, un elemento de creación de empleo y riqueza en Asturias».
A esa misma «creación de empleo y riqueza» apela la portavoz de Izquierda Unida, Ángela Vallina, para quien Laboral debe «liderar la industria cultural asturiana», además de convertirse en «una referencia para el turismo». Pero, para eso, «necesita que se le dedique más atención y más promoción, prácticamente inexistente», lo que supone que, a día de hoy, sea «un recurso absolutamente desaprovechado».
Un discurso casi calcado al de la portavoz de Ciudadanos, Laura Pérez Macho, para quien, «una vez más, contemplamos en nuestra región cómo un proyecto que debería de ser un referente nacional e internacional en el campo de la producción artística y la creación industrial languidece bajo el lastre de las deudas y la gestión inadecuada por parte de los distintos gobiernos del PSOE».
La diputada de la formación naranja sostiene, además, que «el Gobierno del Principado debe garantizar el funcionamiento de Laboral». Y pone sobre la mesa una posible fórmula: «Apostar por una programación de calidad que potencie el trabajo expositivo y la promoción de los artistas, proyectos y empresas del sector cultural y creativo que trabajan en régimen de residencias». Un funcionamiento que «no debe de estar reñido con una gestión eficiente que acredite su sostenibilidad económica y evite la generación de un nuevo pozo de deuda pública».
Pedro Leal, diputado de Foro, inscribe la situación de Laboral en un marco más amplio. Porque, en su opinión, el equipamiento «no es ajeno a las circunstancias que padece el sector cultural de Asturias en su conjunto». Y se explica: «El abandono del centro va en paralelo al abandono de los polos culturales asturianos, como son nuestro rico patrimonio histórico, arqueológico y monumental. Los gobiernos socialistas, en esta región, han establecido un modelo cultural presidido por el adanismo, el amiguismo y una planificación clientelar. Hasta que no se cambie ese modelo, la clase cultureta socialista tendrá secuestrada a esta región, por intereses partidistas, y proyectos como Laboral seguirán hundiéndose poco a poco».
Eso es precisamente lo que quiere Ignacio Blanco, de Vox, que directamente pide «el cierre inmediato» del equipamiento gijonés: «Recibiendo mas de 1,5 millones de euros de dinero público y generando solo el 1% de sus ingresos por venta de entradas, debe cerrarse inmediatamente. Es una indecencia gastar el dinero de los contribuyentes para mantener los chiringuitos socialistas».
«Mientras no hay dinero para dependencia, se destina a chiringuitos que reciben treinta visitantes diarios, pese a que la entrada es gratuita y en un verano con máximos de afluencia de turistas», abunda Blanco, que llama a «acabar con las agencias de colocación de amigos y con las iniciativas mal gestionadas». Máxime, «sabiendo que no va a poder devolver sus casi dos millones de euros de deuda, salvo que le inyecten ese dinero el Ayuntamiento de Gijón y el Principado. Así, por lo menos, nos ahorraríamos el gasto anual que conlleva un centro que no atrae visitantes».
Y va todavía más allá: «A sabiendas de que es un auténtico fracaso, debería poder llegar a considerarse este derroche como malversación de fondos públicos, pues se están destinando fondos públicos a una actividad sin retorno social alguno, cuando Asturias tienen carencia de recursos para atender a personas que de verdad necesitan nuestra ayuda».
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