Asturias suma 543 recintos fortificados
Arqueoastur acaba de notificar a Cultura nuevos descubrimientos que cierran los 53 hallados desde 2020 y para los que se solicita protección
En 2020 comenzó la tarea de Arqueoastur, el proyecto del arqueólgo asturiano afincado en Escocia Eduardo Pérez-Fernández, que buscaba crear un católogo completo y presentar en un visor online todos los yacimientos arqueológicos asturianos que, delimitados por elementos naturales y artificiales, podrían ser considerados recintos fortificados. Es una tarea ardua realizada con la ayuda de las nuevas tecnologías y de particulares que se sirvió por un lado de lo ya conocido, es decir con lo incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias y otros catálogos urbanísticos, pero que ha venido a complementarlo con nuevos descubrimientos. Con el trabajo cerrado, se han realizado fichas de 543. «Dentro de esta denominación se incluyen enclaves con diferentes cronologías, funcionalidades y dimensiones, es decir, castros, campamentos romanos, fortificaciones medievales, etcétera», señala el arqueólogo, que aclara que algunos de estos enclaves están protegidos y otros no, porque han sido ellos los que han notificado a la Consejería de Cultura su existencia y solicitado una protección aún en trámite en muchos casos.
«Se ha realizado un vaciado bibliográfico consultando los inventarios arqueológicos de cada concejo y publicaciones científicas sobre los mismos. En las fichas se muestran la localización y las distintas descripciones de cada yacimiento según los autores, los materiales arqueológicos relacionados con el mismo, su posible periodización, estado de conservación, leyendas y bibliografía», revela el arqueólogo, que quiere, poniendo en la web toda esa información, concienciar del valor de este patrimonio.
Es su trabajo –sostiene– el mayor banco de imágenes aéreas de recintos fortificados de Asturias. «Se han documentado unos 290 yacimientos desde el aire, usando drones o ultraligeros, y en los lugares donde no está permitido el vuelo, se han utilizado imágenes de Google Earth», completa.
Fue en 2020 cuando arrancó la web, pero el trabajo ya había comenzado ocho años atrás, con la identificación del Cuetu Chicu, en Onís, recinto fortificado incluido en el Inventario del Patrimonio Cultural en 2022. «Desde entonces, se han notificado 53 recintos fortificados, estando pendientes de protección la mayoría», resume Eduardo Pérez-Fernández.
Toda esta ingente tarea, que cuenta por supuesto con muchos colaboradores, ha sido posible grácias a la tecnología, y en concreto al análisis de modelos digitales del terreno generados a partir del procesado de nubes de puntos LIDAR (Light Detection and Ranging) e imágenes aéreas de libre acceso en internet. «El uso de datos LIDAR ha revolucionado la arqueología en la última década debido a su capacidad para detectar estructuras y características del terreno ocultas por vegetación densa o sedimentación». relata Pérez-Fernández. Se sirve de pulsos de luz láser emitidos desde drones, aviones o satélites, que luego rebotan en la superficie y regresan al sensor. «Al analizar el tiempo que tarda el láser en regresar, se puede obtener una imagen en 3D del terreno con una precisión y nivel de detalle sorprendentes. LIDAR genera modelos en 3D extremadamente detallados, con los que se pueden identificar patrones y estructuras sutiles en el suelo, como terrazas agrícolas, sistemas de irrigación y caminos antiguos, que de otro modo serían difíciles de percibir o distinguir con otros métodos de teledetección o de mapeo en tierra», concluye el arqueólogo que trabaja en Escocia y aprovecha sus vacaciones en Asturias y su tiempo libre para realizar este trabajo, no siempre grato, porque no siempre concluye con la protección por parte de las autoridades competentes. «Otros de los lugares notificados han aparecido citados en distintas publicaciones, sin haber sido aún catalogados, como los tres de Piloña, los dos de Parres, uno de ellos incluso ya citado por Jovellanos, y otro en Tapia, este último muy interesante ya que responde a la tipología de mota medieval», subraya.
Pero de nada sirve la tecnología sin la ayuda de los paisanos que han tenido el ojo y la sensibilidad necesaria para ver más allá y querer proteger su patrimonio y se han tomado la molestia de avisar. De hecho, en la última notificación a Cultura se han propuesto dos enclaves comunicados por Roberto Álvarez-Sirga en Villaviciosa y Ramón Rodríguez Corao en Peñamellera Alta. De esta última tanda, destacan dos yacimientos. Se trata de La Prida, en Quirós, «por sus impresionantes elementos defensivos», así como A Pedreira, en Vegadeo. Es el segundo un recinto de planta ovalada y de unos 100 x 55 metros con un aparato defensivo compuesto por varios terraplenes concéntricos. «Este recinto fortificado es muy interesante ya que en un lugar denominado Pedrera se descubrió en enero de 1933 una inscripción funeraria latina dedicada al príncipe de los Albiones, Nícer, hijo de Clutoso, del castellum Cariaca, actualmente en el Museo Arqueológico», cuenta. Esa pieza fue estudiada por García y Bellido en 1942, se localizaba en la casa de su descubridor, a unos 100 metros de donde fue hallada. «Es justamente aquí donde se halla el promontorio denominado A Pedreira, que además muestra claras huellas de fortificación. La inscripción, actualmente en el museo arqueológico, podría indicar también el nombre de la fortificación, el castellum Cariaca, por lo que tendríamos el nombre del castro en época romana», concluye. Aún queda por investigar.