El librero Rafa Gutiérrez, Ana Lena Rivera y la escritora Verónica García-Peña. DAMIÁN ARIENZA

«Esta novela es una crónica social, en la que el marco histórico es neutral»

Ana Lena Rivera presentó en La Buena Letra, de la mano del Aula de Cultura, 'La niña del sombrero azul', una obra basada en historias reales

Ana Ranera

Gijón

Miércoles, 28 de febrero 2024, 01:00

«Todos los sucesos que cuento en este libro son reales, pero los personajes son ficticios», confesaba ayer la ovetense Ana Lena Rivera, durante la presentación de 'La niña del sombrero azul', en La Buena Letra. Esta cita se celebró en la librería, de la mano del Aula de Cultura de EL COMERCIO, y sirvió para dar a conocer una novela que se traslada al siglo XX, «una época que fue tremendamente convulsa», según la definió.

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Fueron años de cambios vertiginosos, en los que esta autora quiso fijarse «en la vida y en cómo esta iba avanzando». Eso sí: ella dejó a un lado «los horrores de las guerras, de los que ya se ha escrito bastante» y eligió centrarse en hacer «una crónica social, en la que la historia política está ahí, marcando la manera en la que vivían las familias normales». De esa manera, el marco histórico permanece «neutral», alrededor de Manuela, una mujer que tiene «la voz principal», y que nació en 1912. «Representa a alguien normal y corriente, no tiene épica ni grandes heroicidades».

Igualmente, este personaje llama la atención por «sacar adelante a los suyos y por aceptar lo que le tocó». Porque eso que ahora llamaríamos resiliencia es una característica inherente a los nacidos a principios del crudo siglo XX. «Su generación sufrió penurias y hambre, pero todo pasa y las familias empezaron a notar una cierta prosperidad económica con el tiempo».

Una holgura que nos permitió avanzar y llegar hasta donde estamos ahora, dejando atrás –al menos en España– la separación de tantos niños de sus familias. Por eso, en esta novela tiene tanto peso Telva, la niña del sombrero azul, una pequeña «a la que con cinco años y medio mandan a Rusia para alejarla de la guerra», explicó Ana Lena. «A mí de pequeña estos relatos me provocaban pesadillas porque me ponía en el papel de la niña, pero ahora también me pongo en la piel de esas madres que no sabían nada de sus hijos durante años», se lamentó.

Todas ellas se irían a dormir con el dolor agarrado al pecho, en muchos rincones de Asturias. Y por eso, este libro tiene muchos escenarios reconocibles de nuestra región como La Calzada, Cimavilla y La Guía. Lugares en los que las mujeres lucharon unidas por sacar adelante a sus hijos, demostrando el valor de la amistad verdadera. «Mujeres y vecinas se ayudaban cuando lo que estaba en juego era la vida de sus hijos», indicó. «Para mí eso es un acto de amistad más grande que cualquier otro» porque todas colaboraron para que la generación que las seguía saliera adelante. Y lo consiguieron.

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