'El Cigala' se deshace en ritmos andaluces y latinoamericanos
El cantaor presentó en el Teatro de la Laboral su disco 'Obras maestras', en el que los boleros más tradicionales abrazaron al arte flamenco
Llegó anoche 'El Cigala' al Teatro de la Laboral, con andares lentos y una sonrisa que anunciaba el derroche de flamenco que estaba a ... punto de comenzar. El madrileño tenía ganas de brillar en el escenario con el mismo ímpetu con el que lo hacían todos los anillos de oro que decoraban esas manos suyas, con las que se lanzó a las palmas y a dejarse el alma y la voz en cada uno de los boleros que dan vida a su último disco, 'Obras maestras'. Son boleros inmortales que se ganaron los coros de un público entregado a la causa y a los recuerdos porque, por el escenario fueron desfilando letras y melodías tan imprescindibles como el 'Toda una vida', de Antonio Machín.
Manos en alto, tarareos y unos cuantos 'olés' lanzados al aire para seguir disfrutando con canciones como 'Abrázame', 'Ay cariño'y 'Piensa en mí'. Todas sonaron con el deje sureño de un cantaor que estuvo acompañado en el escenario por guitarra, piano, contrabajo y percusión. Unos instrumentos que se mantuvieron cuando dejó atrás los boleros y se lanzó a por un repertorio más suyo todavía. Vinieron entonces tesoros como 'Historia de un amor'.
Lamentos al amor y al desamor, gritos contra la soledad y la tristeza y corazones hechos añicos, a través del tango, la música cubana, la salsa y tantos otros géneros que 'El Cigala' domina y disfruta como nadie.
Lo de anoche fue un homenaje a Armando Manzanero, a Chavela Vargas, a Los Panchos, a Roberto Carlos y hasta a Julio Iglesias. Para todos hubo tiempo en un Teatro de la Laboral que se dejó llevar por la melancolía, en este magistral repaso por la música latinoamericana de los últimos cien años. Todos los sentimientos pasaron por encima de las tablas y se mezclaron con los acordes, para ganarse -al terminar el espectáculo- un aplauso sonoro y muy largo, al que 'El Cigala' y sus músicos respondieron con las mismas sonrisas con las que aparecieron sobre el escenario bien pasadas las nueve de la noche a los sones de 'Si te contara'.
Después de calentar con ese primer tema, dio las gracias a Gijón Diego por acogerlo y aseguró sentirse «muy feliz» de estar en la ciudad. Con el deseo de tener «mucha paz», se lanzó a 'Amar y vivir'. Con 'Compromiso' siguió ganándose aplausos que se acrecentaron, cuando llegó el momento de 'Lágrimas negras' y el respetable se entregó en palmas, algo de cante y los primeros bailes desde los asientos. El disfrute fue total y mágico, incluso cuando se marcó un solo al cajón flamenco que se ganó una gran ovación. Después de pedirse «una copita» y brindársela al público -luego vendrían más-, cantó 'Desahogo', con quejíos que se mantuvieron en 'Espérame en el cielo'.
Entre taconeos, se animó con 'Voy' y se levantó del taburete para recibir, con gracia, los piropos de un respetable, que se rindió segundos después a 'Adoro' y al sonido de las dos guitarras que arroparon la canción. El amor de la letra se mantuvo en 'Undebel', con la que ya tenía a todos los presentes en el bolsillo. Mucho arte para un públicó que lo gozó y lo aplaudió.
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