Compromiso en la pantalla y en la vida

Este premio es solo una actividad más, dentro de la programación de este ciclo cultural, que continuará hasta el 3 de febrero y que, en su duodécima edición, está «desbordando las expectativas», según confesaba Lucía Nosti, una de las organizadoras. «Este año está yendo muy bien, las salas se están llenando», se enorgullecía, convencida de que MUSOC tiene que caminar siempre de la mano de la actualidad. «Aunque tenemos cinco bloques temáticos, que son siempre los mismos desde hace tiempo, cada año ponemos el acento en aquello que consideramos que tiene especial relieve», explicaba. «Este año no tuvimos ninguna duda de que el tema principal tenía que ser Palestina, mientras que, en otras ocasiones, fue por ejemplo el avance de la extrema derecha», proseguía, convencida de que su objetivo es «proteger la cultura por encima de todo y abordar también la memoria democrática».

Todo eso lo hacen, además, a través del cine y también de coloquios, encuentros con cineastas y conciertos. «Tenemos un formato muy versátil, muy dúctil, lo mismo hacemos actividades en un centro educativo que podemos hacerlas en un bar, tomando una cerveza y viendo una proyección», contaba. «No queremos estar siempre con la misma gente, sino que queremos llegar a un público lo más amplio posible», añadía.

Para conseguirlo, sus actividades se salen de Gijón, Oviedo y Avilés y alcanzan también otros lugares, en los que habitualmente la cultura llega con más dificultades. «El año pasado estuvimos en El Franco y este, en Pimiango. Intentamos alcanzar zonas rurales para público al que generalmente no llegan este tipo de proyecciones», indicaba. «El sábado pasado estuvo allí Sergi Bernal y fue un encuentro inusual para la población de la zona. Eso forma parte de nuestro compromiso y también de nuestra fuerza».

Se hacen más grandes, extendiéndose por la geografía asturiana y conquistando también al público infantil. Para ellos, comenzará en febrero el programa MUSOCeduca, en el que se mezclan el mundo académico y el cine social. «Estamos preparando una selección de treinta cortometrajes, entre los que se hablará de la diversidad LGTB, del compromiso con la ecología, de la lucha contra el cambio climático y de la atención a la discapacidad, entre otras cosas», explicaba Nosti. «Los alumnos trabajarán estos temas en las aulas, a través de cortometrajes, y los profesores tendrán encuentros virtuales con cineastas para prepararse», proseguía.

Gracias a propuestas como esta, nace la conciencia social en muchos niños y en más de un adulto que el día 3 de febrero podrá acudir, al Centro Niemeyer, a la clausura de la Muestra de Cine Social. La encargada de conducir esta gala final será la monologuista y activista trans Elsa Ruiz, quien «utiliza el humor para la reivindicación del colectivo». Con ella, tocará reflexionar sobre las problemáticas de hoy en día y hacer balance de un ciclo cultural que ahonda, desde hace doce años, en el conocimiento de los derechos humanos y de la cultura de paz.