Borrar
El actor Jean Reno posa junto al 4 latas que da nombre a la película que protagoniza. Víctor Lerena (Efe)
Jean Reno: «En Francia hay mucha envidia»

Jean Reno: «En Francia hay mucha envidia»

El actor protagoniza '4latas', una 'road movie' que relatala travesía por el Sáhara de dos amigos, al encuentro de un tercero

Iker Cortés

Madrid

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 3 de marzo 2019, 01:46

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Avisa: no tiene nada que ver con el personaje que interpreta. «Es más interesante buscar algo que no tienes. Si no, ¿por qué te van pagar?», apostilla entre risas. Y eso que parte de las vivencias de Jean Reno (Casablanca, 1948) sí están ligadas al Jean Pierre de '4latas', ese propietario de un viñedo en Francia que, animado por su amigo Tocho (Hovik Keuchkerian), baja a Mali a reencontrarse con Joseba (Enrique San Francisco), aquejado de una grave enfermedad. Acompañados por la hija de éste, Ely (Susana Abaitua), rememorarán las aventuras que los tres vivían en los ochenta, cuando cruzaban África con vehículos como el que da nombre a la película simplemente con el fin de vivir una aventura.

Pero, al contrario que a su personaje, al actor francés, que chapurrea castellano con cierta maestría, no le mueve la añoranza. «La nostalgia te mete en un lugar del que no puedes salir y eso es terrible», afirma. Y recuerda un rodaje. El que le llevó a la Amazonia en 'El jaguar' (1996), la película que realizó junto al cineasta Francis Veber. «Estaba obsesionado con la imagen de su hermano, que falleció con 24 o 25 años... Se pasaba todo el día recordando que murió joven apuesto y que el iba a morir viejo», lamenta.

Hijo de padres gaditanos, nació en el protectorado francés, pero jamás había regresado al lugar hasta el rodaje de la película de Gerardo Olivares, una suerte de 'road movie' llena de paisajes espectaculares y no pocos clichés, que acaba de llegar a la cartelera. «Recordé olores», dice, «pero poco más. Yo pertenezco a una generación que quería irse, no quedarse, porque aquel no era nuestro país». La fuerza con la que irrumpieron en la cultura de los sesenta bandas como los Beatles, los Rolling Stones o Chuck Berry no hizo sino confirmarle que aquel no era su lugar.

A Reno y Olivares el cine los reunió en 'Hermanos del viento' (2015). Abierto y sincero, cuenta el actor que ya entonces el cineasta barruntaba esta idea en la cabeza. Le habían contado la historia de unos franceses que se dedicaban a cruzar el desierto con vehículos destartalados para venderlos. Con el dinero, compraban un billete de avión y regresaban a su país. Reno se comprometió a formar parte de esta aventura si finalmente el realizador cordobés se animaba a escribirla. Y así fue.

Rodada en seis semanas, repartidas entre Marruecos y Canarias, el equipo técnico y los actores tuvieron que afrontar un rodaje complicado. «Sufrimos tormentas de arena y había mucho polvo y viento», explica. «El problema –continúa Olivares– es que las tormentas son imprevisibles y tienes que guardar todo el equipo echando leches porque se pueden estropear las cámaras. Además los actores no pueden ni abrir los ojos». ¿Toda una aventura? «No hubo ninguna catástrofe», dice Reno. «A no ser que hables de aquella aventura con una rubia (ríe)... Dicen que una película cuanto más lejos de casa se rueda, más libido genera en el equipo», bromea interpelando a uno de sus compañeros de reparto.

Pese a todo, el espectador sí puede percibirla como una auténtica aventura. «Es que es una película escrita con gracia, donde hay un poco de todo», explica Reno. A lo largo del metraje, se aborda el problema de las migraciones, la supervivencia, la nostalgia, los amigos, la muerte, la enfermedad, las relaciones padre-hija, el momento vital de los personajes... «No es lo mismo tener 20 años, que aún puedes cambiarlo todo, a tener 50 o 60 años, que es un momento en el que ya poco puedes hacer», reflexiona el actor.

Es precisamente el personaje que interpreta Susana Abaitua el que ofrece el contrapunto necesario a Jean Pierre y Tocho. Ely es una chica inquieta, abonada al selfi, con pocos prejuicios, pero que recibe el trato de bicho raro por parte de los dos mayores. «Yo también veo a mis hijos como a bichos raros –confiesa el francés–. Es inevitable. Tengo seis hijos y no puedo saber qué pasa por sus cabezas, como mi padre tampoco sabía lo que pasaba por la mía. Mi preocupación es transmitirles mis valores morales».

El actor, que vive con su pareja y sus hijos pequeños en Nueva York desde hace ya un tiempo, asegura que no echa nada de menos Francia. «Me he tirado toda la vida allí. Ahora tengo un lugar donde hago aceite de oliva cuando voy de vacaciones y no necesito más», afirma. Dice, además, que «en Francia hay mucha envidia». «Tu vas a Tokio y ves un Ferrari aparcado en la calle, en París eso es impensable, le pegan con un martillo al coche. Quiero que me dejen tranquilo. El nacionalismo no me interesa. Soy más individual que del grupo». Así las cosas, resulta inevitable preguntarle por los chalecos amarillos y la situación social en su país. «Me resulta difícil hablar de política porque no tengo la suficiente información. Tengo pena de que la gente no pueda comer, pero cómo vamos a ayudarte más. Con las ayudas que hay y los impuestos, que son del 60%, ¿qué más podemos hacer? ¿Se lo cogemos a YouTube?», concluye.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios