Final a mayor gloria del góspel
The Mississippi Mass Choir despide con un vibrante recital en el Jovellanos tres días de inmersión en el espiritual negro
PABLO A. MARÍN ESTRADA
GIJÓN.
Lunes, 16 de diciembre 2019, 00:43
El festival de góspel de Gijón despidió ayer por todo lo alto una nueva edición que, tras sorprender a propios y a extraños con las prodigiosas guitarras de la familia Campbell, o seducirnos con la magia vocal del mítico Golden Gate Quartet, apostaba por bajar el telón hasta el próximo año con una potente agrupación coral de la más ortodoxa esencia del género, The Mississippi Mass Choir. Las butacas del Jovellanos, hasta la última de gallinero, se llenaron para que un público multigeneracional disfrutase y participase de un recital en el que no faltaron ni los clásicos ni los temas con impronta navideña. Toda una fiesta de ritmo y buenas vibraciones de principio a fin.
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Fundado en la ciudad de Jackson (Mississippi) por Frank Williams en el año 1988, este coro pronto comenzaría a despuntar por su calidad hasta convertirse en uno de los conjuntos de góspel más populares de los Estados Unidos.
Bajo la dirección de David R. Curry, los sureños llevan décadas rodando por los escenarios de medio mundo y anoche en el teatro gijonés dejarían buena muestra tanto de sus muchas tablas como de su extraordinario talento musical.
A golpe de palmas abrieron con un movido 'Lift him up' para calentar motores. Y, tras desear una feliz Navidad a los presentes, dejarían buena huella se su poderío coral con 'I love to praise him'. Después, un breve respiro para recoger los aplausos y, acto seguido, 'Hey Man!' en un demorado juego de color de voces y enérgico final.
Llegaba el momento para un viejo espiritual, 'Swing Low Sweet Chiarot', cantado con toda el alma. Un oasis de recogimiento antes de volver a templar las palmas al son de 'Every praise is to our God' en un movido medley que puso al público en pie para bailar brazo aquí brazo allá.
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Y, después, nuevo remanso para la memoria con un tema que siempre nos sonará en la voz de Whitney Houston: 'I Love the Lord', para enlazar con el espíritu de las próximas fiestas en una enjundiosa 'Silent Night'. Calor y ardor pondrían en una intensa 'Celebrate new life' para enfilar la emoción hacia otro hit por el que no pasan las arrugas, 'When the Saints go marching in', con las manos de la parroquia poniendo la chispa.
Con el teatro de nuevo en pie y la música haciendo temblar el patio de butacas, el broche llegó con un 'Aleluya' despegado en Haendel y tripulado por las enérgicas voces del coro hacia un final de aplaudido colofón soul. A las palmas saldrían para el bis: 'Happy day', con el público subido al escenario acompañando canto y baile. No podía acabar de otra manera la bendita juerga.
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