Borrar
José Antonio Lobato, actor.

Ver fotos

José Antonio Lobato, actor.

José Antonio Lobato, un hombre que lo fue todo en el teatro asturiano

El actor, uno de los fundadores de la compañía Margen en 1977, falleció este lunes provocando una cascada de mensajes de cariño del mundo cultural y político. Adrián Barbón le describe como un «referente único» de las artes escénicas y Pablo Iglesias dice que es «un día triste para la cultura»

Aida Collado

Gijón

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 14 de septiembre 2020

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El actor José Antonio Lobato (Soto de Rey, 1956) murió este lunes en Oviedo, con solo 64 años y una extensísima trayectoria, patrimonio ya del arte asturiano. Durante su fructífera carrera, hizo de todo. Y aunque indiscutiblemente era hombre de teatro –dio alma a Margen en 1977 de la mano de nombres tan importantes como Arturo Castro, Etelvino Vázquez, Ceferino Cancio Monchi y Miguel Ángel Granda, la compañía con la que compartía ya más de cuatro décadas y en la que dio vida a personajes como Otelo, Don Lucas del Cigarral y Edipo–, fueron el cine y la televisión las que hicieron crecer su popularidad a nivel nacional como la espuma.

Hace solo un año estrenó dos películas, 'Enterrados', del asturiano Luis Trapiello, y 'Vitoria, 3 de marzo', aunque la lista de títulos en los que ha participado es muy extensa. 'La torre de Suso', '33', 'El pozu' y 'Humanos con patas' son solo algunos ejemplos.

Las nuevas generaciones se acercaron a su trabajo a través de series de televisión como 'La Zona', 'El Continental', 'La catedral del mar' u 'Hospital Valle Norte'. Y sobre todo por su interpretación de Leiva –«el gran Leiva, le lloraban ayer en las redes»– en 'El ministerio del tiempo'.

Profundamente respetado por sus compañeros, Lobato deja viuda e hija. Y deja huérfano, también, al teatro asturiano, que hace un par de años concedía a Margen el Premio Oh! de Honor, concedido por la Asociación de Compañías Profesionales de Teatro y Danza de Asturias.

Decía entonces Lobato: «Nos empeñamos en vivir de esto de una forma digna y lo conseguimos a fuerza de cabezonería». De cabezonería y de un talento cuyo legado Asturias atesorará siempre.

Lo cuenta Ángeles Arenas, Geles, quien ha perdido a su «compañero del alma», con quien pasó infinidad de viajes, de horas, de dudas compartidas. «Toda mi vida teatral ha sido a su lado, desde que comencé en Margen en 1993. Pasé veinte años siempre en las tablas con él», recuerda sin poder contener la emoción. Porque con su compañero del alma ha perdido también a su «amigo, hermano y maestro». A alguien, y en esto insisten todos los que le conocieron, que «hacía que todo fuera más fácil». Gracias, quizá, a «su mirada dulce, que lo convertía todo en sencillo».

Su compañero Etelvino Vázquez, fundador también de Margen, cuenta que «su marcha es una guinda al pastel atroz que estamos viviendo, hoy es un día muy triste para el teatro asturiano. Antonio era una de las raíces sobre las que se asienta la escena de esta región. Además de todos los espectáculos que hizo, era uno de los pocos actores con proyección nacional. Pudo haberse ido a Madrid y no lo hizo, siempre luchó por el teatro de Asturias, a pesar de que frente a él siempre hubo una estructura a la que no le importa para nada la cultura de la escena. Ahora entrará en el olimpo del teatro y todos hablarán bien de él, pero como el resto, nunca tuvo las ayudas necesarias para que el teatro asturiano ocupase el lugar que le debería corresponder».

Vienen también a la cabeza de Carlos Mesa millones de anécdotas. El viaje a Cuba y su 'Viaje a ninguna parte' sobre el escenario del Gran Teatro de la Habana. Las representaciones juntos de 'El Anfitrión', 'Los entremeses de Cervantes'. Su última obra juntos, 'Vuelva mañana', de Gloria Fuertes. Su gracia a la hora de enlazar un chiste con otro. Otro de los rasgos que definía su carácter: «Era un tío con muchísimo sentido del humor». «Todo él era intenso. Y yo era su Carlinos». Todo él «era amor».

Pocos de entre quienes trabajaron con él consiguen mantenerse enteros al repasar su figura. Tampoco lo logra del todo la actriz Vernónica Gutiérrez. «Que ha sido un grandísimo actor lo repetirá todo el mundo. Y un grandísimo compañero, que te daba mucho en escena. Era imposible irte del papel, por todo y tanto lo que transmitía», intentaba encontrar las palabras que le hiciesen justicia. «Su generosidad en escena no es fácil de encontrar. Siempre trabajaba con el convencimiento de que el teatro era una labor de grupo. Siempre cercano y siempre con muchísimas ganas de luchar».

Por la vida y por sus derechos. «Era una persona comprometida, muy activa, que sabía que había que cambiar las cosas. Lo primero que me dijo cuando llegué a Margen, yo era una pinina, fue: 'Aquí somos todos iguales'», recuerda Gutiérrez con agradecimiento.

«La lista es interminable. Podrán hablar 200 personas de Jose y todos contarían maravillas», resumía el presidente de EscenAsturias y codirector de Zig Zag Danza Miguel Quiroga. Así lo hicieron ayer, entre otros, el presidente del Gobierno asturiano, Adrián Barbón, quien le describe como «un referente de las artes escénicas único» o el vicepresidente del Gobierno de la nación, Pablo Iglesias, quien enviaba el pésame a la familia y amigos de «el actor José Antonio Lobato, referente del teatro asturiano» en el que definió como «un día triste para la cultura».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios