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Elena Poniatowska (i) recibe el Premio Cervantes de manos del Rey.
Poniatowska: «Me enorgullezco de caminar al lado de los ilusos»

Poniatowska: «Me enorgullezco de caminar al lado de los ilusos»

La escritora mexicana recuerda a Gabriel García Márquez en la ceremonia de entrega del premio Cervantes

LUCÍA PALACIOS

Miércoles, 23 de abril 2014, 08:25

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"García Márquez dio alas a Amércia Latina, y es ese gran vuelo el que hoy nos envuelve, nos levanta y hace que nos crezcan flores en la cabeza". Las primeras palabras de Elena Poniatowska en su discurso tras recibir el premio Cervantes han sido para recordar al escritor colombiano fallecido la semana pasada.

Pese a manifestarse "nerviosísima" momentos antes de recibir el premio, Poniatowska ha subido al estrado con pie firme (una de sus preocupaciones era no caerse) y voz serena, que ha utilizado, al igual que hace en sus novelas, para hablar de América Latina y situarse al lado de los más desfavorecidos. "Dentro de la cultura de la pobreza se atesoran bienes inesperados", ha asegurado la homenajeada, que también ha manifestado sentirse "orgullosa de caminar al lado de los ilusos, los destartalados, los candorosos". Y es que para la francomexicana, "todos somos venidos a menos, todos menesterosos, en reconocerlo está nuestra fuerza"

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Además de a García Márquez, la periodista ha tenido palabras para otro escritor fallecido recientemente, el mexicano José Emilio Pacheco, ese amigo que le hablaba de "la inmensa vida de México", y al premio nobel Octavio Paz. Pero también ha tenido presentes a las otras tres escritoras que han ganado el Cervantes (cuatro mujeres en total frente a los 35 hombres galardonados). Para la española María Zambrano, el exilio en México tras la Guerra Civil fue "una herida sin cura, pero ella fue una exiliada de todo menos de su escritura".

La segunda fue la cubana Dulce María Loynaz, amiga de García Lorca y que hospedó en su finca de La Habana a Gabriela Mistral y Juan Ramón Jiménez. Y la tercera, la novelista española Ana María Matute, "hermosa y descreída" y con la que Poniatowska sintió "afinidad con su obsesión por la infancia y su imaginario riquísimo y feroz". Estas escritoras, "zarandeadas por sus circunstancias -ha dicho-, no tuvieron santo a quien encomendarse y, sin embargo, hoy por hoy, son las mujeres de Cervantes, al igual que Dulcinea del Toboso, Luscinda, Zoraida y Constanza. A diferencia de ellas, muchos dioses me han protegido, porque en México hay un dios bajo cada piedra, un dios para la lluvia, otro para la fertilidad, otro para la muerte".

La escritora, durante el discurso, ha confesado que recibir este premio es el " acontecimiento más importante en mi vida profesional". Ella se ha definido como "una Sancho Panza femenina que no puede hablar de molinos porque ya no los hay y en cambio lo hace de los andariegos comunes y corrientes". "Niños, mujeres, ancianos, presos, dolientes y estudiantes caminan al lado de esta reportera que busca, como lo pedía María Zambrano, 'ir más allá de la propia vida, estar en las otras vidas'", ha sentenciado.

La princesa de rojo vestida de rojo

Para la ocasión, Poniatowska, conocida también como 'la Princesa Roja', ha escogido un original vestido en tonos rojos chillón y amarillos, procedente de la localidad de Oaxaca. Se trata de un regalo de "unas mujeres de allí" -ha explicado la homenajeada- que le pidieron que "lo tenía que llevar en todos los premios". También ha dicho que los pendientes que lleva (con forma de pez) son del también mexicano Francisco Toledo, uno de los artistas vivos más importantes del país. "Vengo protegida porque vengo llena de santitos", ha bromeado.

Tras dos años en los que no pudo acudir a este acto por motivos de salud, el Rey ha podido en esta ocasión presidir la ceremonia, acompañado por la Reina y por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; y el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.

Tras la lectura del acta del jurado por parte de la directora general de Industrias Culturales y del Libro, María Teresa Lizaranzu, don Juan Carlos le ha entregado el premio a Poniatowska.

"La voz de los desfavorecidos"

El Rey ha reconocido el compromiso humano de la escritora mexicana, autora impulsada por la necesidad de "dar voz a los desfavorecidos". Don Juan Carlos ha dicho que la distinción a Poniatowska, de 81 años, es también "un homenaje a todas las personas que, como la propia galardonada, han sembrado el camino para alcanzar la promesa de un futuro mejor".

"La humanidad es el centro de gravedad de su obra. La necesidad de dar voz a los desfavorecidos, de poner en evidencia las contradicciones del progreso, de denunciar la discriminación social y toda clase de injusticias, conforma el espíritu de su producción literaria", ha destacado el monarca.

En su "ingente obra", ha proseguido don Juan Carlos, "ha defendido la igualdad como requisito esencial del desarrollo social y humano, la educación como derecho universal y la trascendental relevancia de la mujer en las nuevas realidades sociales". Porque en la alocución con la que ha cerrado el solemne acto de entrega de Premio Cervantes 2013 ha hecho especial hincapié en la preocupación de la autora por la condición de la mujer y ha citado sus relatos de la vida de grandes mujeres, "que han hecho uso de su genio para reclamar y conquistar un mejor espacio".

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