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Susana Rivera, en la ovetense plaza de Porlier.
«Lo más probable es que el legado  de Ángel se quede en Nuevo México»

«Lo más probable es que el legado de Ángel se quede en Nuevo México»

Viuda de Ángel González

Marifé Antuña

Jueves, 31 de julio 2014, 00:21

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Susana Rivera vuelve a Asturias cada verano con el recuerdo de Ángel González siempre presente. Con la fundación en vía muerta y el legado del poeta más cerca de Nuevo México que de Oviedo, su viuda prevé editar, en un plazo indefinido pero que no debería prolongarse demasiado, el único inédito que queda del autor: un almanaque inconcluso de solo nueve meses que pretende que sea un libro ilustrado. Mientras llega ese día, podría sorprender con un libro de desagravio contando su versión del proceso que llevó a la dimisión como patronos de la Fundación Ángel González de Luis García Montero, Antonio Masip y Manuel Lombardero.

Siempre vuelve a Asturias...

Me gusta venir, pero también me da un poco de penita por el circo que se armó. No lo entiendo. Todo podía haber sido tan bonito, un hermosísimo homenaje a Ángel.

¿Damos por muerta la fundación?

Yo lo veo imposible. No era trabajo fácil. Los patronos fugados huyeron. No dimitieron de la fundación porque nunca llegó a existir, sino de su obligación de trabajar para levantarla. Nadie hizo nada salvo yo.

¿No hay ninguna posibilidad de volver atrás? La fundación existe, está en el registro del Principado.

Si alguien quisiera y encuentra la fórmula de que sea una auténtica fundación, con transparencia total y honestidad absoluta, estaría encantada.

Pero usted es la presidenta, ese proceso debería liderarlo usted.

Yo ya no puedo hacer más. Creo que ahora está en manos de Asturias.

¿Cree que la Consejería de Cultura debe mover ficha?

La consejería, el mundo literario... Yo en 2010 fui de puerta en puerta y todo el mundo me dijo que sí, pero en la práctica nada. Todo palabrería.

Es una pena, algo que nacía con buenas intenciones...

Yo no sé si nació con buenas intenciones. La idea de la fundación no partió de Ángel, sino de García Montero, y el que más insistió fue Joaquín Sabina. Sabina tiene muchos empleados, y suelen ser chicas, que asigne a una de ellas y que se venga aquí a currar.

¿Ha tenido algún contacto con ellos?

Ninguno. Y para mí ha sido una liberación. Todo fue muy desagradable, pero fue lo mejor que pudo haber ocurrido. Si ellos fueron verdaderos amigos, que hagan algo ahora.

Dicen que está usted trabajando en un libro de desagravio.

Lo que ocurrió se tiene que saber. Es una de mis condiciones para que el legado de Ángel se quede en Asturias.

Eso quiere decir que habrá libro. ¿Ha empezado ya?

Si no se sabe de otra manera, es posible que lo haga. Se puede decir que he empezado porque estoy recopilando todas las mentiras que se contaron y quiero hacer algo que ellos no pueden: demostrarlo. Ahí hubo lo que yo llamo muchas 'montiras'. Al final hasta me estoy divirtiendo.

Pero al final perdemos todos...

Sí, por eso me extraña que nadie haga nada. Aquí en Asturias han sido muy pasivos. Y yo nada más puedo hacer, bastante tengo con los líos jurídicos.

¿Qué líos?

Por ejemplo, el piso de Madrid es propiedad de la fundación.

¿Y la fundación no se puede disolver?

En eso estoy. Pero también me obligaron a darles dinero cuando se creó la fundación. Yo puse 10.000 euros. El año pasado traté de recuperarlos, pero no puedo sin la firma de los patronos.

Pero los patronos ya dimitieron.

No dimitieron. Debían haberme escrito una carta a mí en lugar de llamar al periódico para decirlo.

¿Qué va a pasar con el legado?

Las opciones son Universidad de Oviedo o Nuevo México. Hace años siempre decía Oviedo primero; pero después de todo lo que ocurrió, de ninguna manera, ahora primero Nuevo México.

Ya lo tiene decidido.

Está en manos de los asturianos.

¿Qué incluye el legado?

Reunir el legado de Ángel va a ser dificil, llevará mucho tiempo y debido a este lío ni he empezado. Ángel era muy austero, modesto, despreocupado, y nunca se dio mucha importancia... Pero hay cosas interesantes. En Madrid y en Albuquerque hay algunos manuscritos, sus notas de clase. Pero libros no, no hay una extraordinaria biblioteca.

¿Hay alguna opción de que el legado se quede en Asturias?

La solución sería que se sepa toda la verdad. Está en manos de Antonio Masip, Manuel Lombardero, Luis García Montero, José Luis García Martín, que dijo cosas muy feas de mí... O demuestran que lo que han dicho de mí es cierto o se retractan.

Pues me va a disculpar, pero no creo que esa situación se dé.

Yo tampoco lo creo.

O sea que lo damos por perdido.

No voy a decir un sí tajante, pero parece que lo más probable es que se quede en Nuevo México.

¿Qué le parece el trabajo de la Cátedra Ángel González?

Muy bien. Por cierto, que una de las 'montiras' fue que yo no quería la fundación para quedarme con el legado, que estaba bloqueando todo lo que se quería hacer, que me estaba apropiando de él. Quiero dejar claro que esa cátedra, que para mí es igual que fundación, solo se pudo crear con mi autorización. Si yo soy ese monstruo que han pintado hubiera dicho no.

Hay un inédito pendiente de editar, un almanaque con nueve poemas. ¿Se va a publicar?

Creo que sí, quizá ahora pueda comenzar a hablar con gente para ver qué editorial podría ser.

¿Visor no?

De ninguna manera.

No habrá mucho problema para encontrar editorial...

Propuestas no he tenido. Ha habido quizá cierta timidez, no sé si porque me pintaron como una señora tan horrible me tienen miedo o quizá no quieren meterse en problemas con ese grupo que es muy poderoso.

¿La edición será pronto?

No digo un ya tajante. Voy a empezar a pensar, pero se va a publicar.

¿Va a ser tal y como estaba, es decir inconcluso?

Sí, a mí me parece absurdo que lo completen otras personas. Sería muy bonito un libro ilustrado. Ángel lo tenía pensando como poemas infantiles, con muchos juegos de palabras, muy festivos y quedaría muy bien.

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