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Juaco López con Fernanda Suárez y sus hijos junto al empresario Antonio Suárez, Carmen Moriyón y Carlos Rubiera, en el salón de plenos del Ayuntamiento.
Cuatro tesoros bibliográficos para Asturias

Cuatro tesoros bibliográficos para Asturias

El Museo del Pueblo de Asturias custodia los grabados más antiguos de la Virgen de Covadonga

JESSICA M. PUGA

Viernes, 1 de agosto 2014, 00:37

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El legado de centenares de emigrantes asturianos llegados a Madrid en siglos pasados en busca de un oficio y de mejores oportunidades de vida está desde ayer algo más cerca del público. El Museo del Pueblo de Asturias suma a su colección cuatro libros pertenecientes a la Real Congregación de Nuestra Señora de Covadonga, fundada en 1742 por emigrantes asturianos residentes en Madrid. En ellos, queda recogida la labor de la cofradía entre los siglos XVIII y XX, por la que pasaron ilustres asturianos como el conde Campomanes, Jovellanos, Ceán Bermedez o José Francisco Uría y cuya documentación se daba por perdida desde la Guerra Civil. De los cuatro ejemplares, dos son libros de asiento de los congregantes, en donde figuran datos como el lugar de nacimiento, nombre de los padres y la firma de los emigrantes, y a veces, su nuevo oficio, domicilio y fecha de defunción. Todo ello, desde la segunda mitad del siglo XVIII y los primeros años del XX. Los otros dos son ejemplares de acuerdos de las Juntas Particulares, que recogen los periodos de 1744 a 1760 y de 1807 a 1879.

Pero no solo nombres y fechas nutren las páginas de los libros recuperados. En ellos aparecen los grabados más antiguos de los que se tiene constancia hasta la fecha, relacionados con la Virgen de Covadonga y su santuario, incluso antes del incendio acaecido en 1777. El primero, 'Verdadero retrato de Nuestra Señora de Covadonga y su santuario' data de 1744; el segundo, 'Altar y trono de Nuestra Señora de Covadonga', de 1758. Ambos se suman al grabado del santuario, realizado por Gerónimo Gil un año después y ya perteneciente al Museo del Pueblo de Asturias.

La de Nuestra Señora de Covadonga sumó a los habituales fines religiosos de las cofradías, labores asistenciales. Llegó a prestar auxilio a enfermos, presos y jóvenes asturianos que llegaban a Madrid, fuesen o no congregantes. En este cometido llegaron a pagar el viaje de varios asturianos que debían regresar a su tierra, localizaron a emigrantes llegados a Madrid pero «perdidos» para sus párrocos o familias asturianos e, influenciados por las ideas de la Ilustración, promovieron la educación de los jóvenes asturianos, que posteriormente marcharían en busca de un mejor porvenir.

Además de todo este gran valor documental, el director del Museo del Pueblo de Asturias, Juaco López, quiso destacar en el acto de presentación celebrado ayer en el Ayuntamiento gijonés, que los textos pertenecen a la primera congregación compuesta netamente por emigrantes asturianos, que fue reflejo para las nacidas a posteriori en España y América Latina.

Dos años de negociación con el coleccionista madrileño que adquirió hacía 25 los libros en el rastro han sido necesarios, con la inestimable aportación de Fernanda Suárez, hija del empresario asturmexicano Antonio Suárez, conocido como el 'Rey del atún', quien compró los ejemplares para donarlos a la institución. Casualidades del destino o no, su tatarabuela era prima de Fermín Canella, quien en 1918 tras publicar 'De Covadonga', se lamentaba de la mala conservación de los textos de la consagración y pedía «mantenerlos a buen recaudo».

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