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Nieves Concostrina, con su libro en las manos.
«Es un drama que quien pasó hambre en la posguerra vea  que le recortan sus derechos»

«Es un drama que quien pasó hambre en la posguerra vea que le recortan sus derechos»

Tras su éxito con libros sobre la muerte, fallecidos ilustres o epitafios, publica su primera novela, 'Antonia', la historia real y cotidiana de una mujer que ahora tiene 83 años

MIGUEL ROJO

Martes, 2 de diciembre 2014, 00:24

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Nieves Concostrina (Madrid, 1961) presenta hoy en Oviedo (librería Cervantes, 19.30 horas) su novela, 'Antonia'. Se trata de una historia muy personal que narra la vida, desde el nacimiento hasta la actualidad, de una mujer como tantas otras, que tuvo que sufrir en España las apreturas de la posguerra y sacrificarse para que sus hijos tuviesen el futuro que a su generación se le negaba.

¿Quién es Antonia?

Antonia existe y aún está viva. Nació en 1930 y pasó por muchas dificultades, pero supo salir adelante. En este país hay mucha gente que ha pasado por lo mismo, todos conocimos o conocemos a alguien que nos habló de las penalidades de la guerra y la postguerra, del analfabetismo, del frío, del hambre... Antonia es la madre de los cincuentones y los sesentones de ahora, y la abuela de los treintañeros. En este caso, es una experiencia muy cercana a mí, me gusta que el lector vaya descubriendo poco a poco quién es y lo mucho que tiene de personal.

Pero a la vez consigue retratar un personaje universal... ¿Cómo era la España de aquellos años y cómo se documenta para reflejarla?

Yo tenía una crónica delante de las narices, que es de donde viene el grueso de la historia. Empecé a preparar este libro hace diez años, y después de tanto tiempo ya lo tenía todo: los testimonios grabados, había visitado los escenarios, había recopilado toda la documentación... Sin embargo fue hace año y medio cuando me puse a ello. Si no lo hacía ahora, no lo hacía nunca.

¿Qué es lo más difícil de pasarse a la ficción?

No me costó por el hecho de que fuese más difícil de escribir. Al fin y al cabo soy periodista y lo que hacemos es contar historias. Era más una cuestión psicológica. Sacar una novela después de cinco libros sobre otras materias me producía cierto temor.

¿Considera superados esos miedos?

Me gusta el resultado; las cifras de ventas van muy bien y las reacciones de quienes lo han leído son positivas. El boca-oreja está funcionando muy bien... Creo que es una novela digna, bien hecha y entretenida.

¿Vuelve a haber, con la crisis, gente como Antonia?

El drama es que esta gente, que pasó hambre en la posguerra, vuelve a ver recortados sus derechos, las pensiones, la sanidad... ¡Después de todo lo que pasaron! Necesitan el bienestar que se habían ganado. Están viendo que pudieron enviar a sus hijos a la universidad, pero que ahora quizás sus hijos no puedan enviar a los suyos. Muchas familias están viviendo además de las pensiones de los abuelos... Y además en un estado generalizado de corrupción...

¿Cree que la corrupción es una de las causas de la crisis?

La corrupción está instalada en nuestro país. Los mismos corruptos que había en el Auxilio Social, que se llevaban los mejores productos para venderlos en el mercado negro, siguen instalados y se lo están llevando.

En el libro se refleja con detalle esa época histórica. ¿De dónde viene esa querencia suya por la Historia?

La Historia me la enseñaron fatal cuando estudiaba, así que la odiaba de pequeña. Con el paso del tiempo descubrí que me encantaba. Me fui enganchando cuando empecé a contar efemérides del día en la radio. A partir de allí salieron los libros.

'Polvo eres', que cuenta peripecias sobre cadáveres ilustres, lleva ya 14 ediciones... ¿Qué le parece que la consideren el mayor exponente de la literatura funeraria en España?

Soy periodista. Cuando me quedé en el paro, empecé a trabajar en 'Adiós', la revista sobre asuntos funerarios en la que sigo siendo redactora jefa. Fui documentándome sobre ese tema, descubriendo un mundo que no tocaba nadie y buscando historias. Después surgieron trabajos sobre ello en la radio y desde 'Polvo eres' salieron los libros, que tuvieron mucho éxito.

Es que la muerte, a la vez que nos asusta, nos atrae...

Al ser humano le atrae más todo aquello de lo que no se habla. Yo no hablo de espíritus ni de fantasmas, pero sí creo que contar lo que pasó después de la muerte de Goya, o de cualquier otro personaje histórico, es una parte importante de la Historia.

La de Goya es una de las historias más rocambolescas...

Primero fue enterrado en Burdeos, se olvidaron de él durante un tiempo y, cuando fueron a mirar, había desaparecido su cabeza. Además había dos cuerpos en la tumba: el de Goya y el de su amigo y consuegro Martín Goicoechea. Después de muchos trámites y líos, a finales del XIX, se trajeron los dos cuerpos a España, con una sola cabeza. Ahora los cuerpos están enterrados en la ermita de San Antonio de la Florida de Madrid. Pero la cabeza de Goya es la que falta...

¿Qué fue de ella?

Hay muchas teorías. Una es que un estudiante, haciendo un experimento aún en Francia, la volatilizó. Otra es que después de que el asturiano Dionisio Fierros pintase la calavera de Goya, dicen que del natural, un hijo la guardó. También era estudiante de medicina y la usó para experimentar, fragmentándola y provocando su pérdida.

¿Está enterrado Colón en España o en América?

En Sevilla hay cien gramos de Colón. Los dominicanos mantienen que sigue allí, pero nunca han permitido analizar sus restos. Colón muere en Valladolid, se lo llevan a Sevilla, va a Santo Domingo, después a La Habana y cuando el desastre del 98 regresa a Sevilla. Pero sólo unos pocos restos.

Dicen que este tipo de historias hacen que lo que se ha dado en llamar 'turismo funerario' esté en auge. ¿Es cierto?

Sí, cada vez hay más, me alegro de haber contribuido a ello. Los ayuntamientos ya enseñan sus cementerios.

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