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Luis Rubio, José María García, Carlos Prieto, Vicente Ferrer y Jesús Martínez, antes de la presentación de ‘Buenas noches y saludos cordiales’. .
García  encandila hasta con sus silencios

García encandila hasta con sus silencios

La Colegiata se llena para escuchar las anécdotas y reflexiones del popular periodista durante la presentación del libro que repasa su biografía

DANI BUSTO

Martes, 15 de marzo 2016, 03:45

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«¡Hombre! 'Brujito', 'brujito', ¿qué tal estás?». Así fue el cordial saludo que dedicó José María García a Quini. Su viejo amigo Quini, quien esperaba al popular periodista a las puertas de la Colegiata de San Juan Bautista, lugar donde ayer se presentó la biografía del propio García, escrita por el periodista Vicente Ferrer.

Quini y García se fundieron en un estrecho abrazo antes de entrar a la Colegiata, cerca ya de cumplirse las 19.30 horas. Previamente, el periodista que durante más de 40 años dominó las ondas españolas había sido recibido por un buen número de seguidores, y también de viejos amigos. 'Supergarcía' atendió a los medios y, por unos breves instantes, ocupó el lugar contrario al que solía estar acostumbrado y que mantuvo durante más de 40 años: ayer fue entrevistado en vez de entrevistador.

Dentro, en la Colegiata de San Juan Bautista -llena, con todas las butacas ocupadas y numerosas personas de pie- el público asistente esperaba al principal protagonista. La media de edad de los asistentes, en su gran mayoría, correspondía al perfil de personas que tuvieron la oportunidad de escuchar en directo aquellos programas que comenzaban a medianoche, que agitaban y que invitaban a cuestionar los poderes establecidos.

«Nos cambio los horarios»

En el acto, organizado por el Aula de Cultura de EL COMERCIO y el Ateneo Jovellanos, había matrimonios, como el de Esteban López y Noemí Diéguez, que fueron muy directos: «Sí, nosotros éramos de los que escuchábamos a García para ir a la cama, nos cambió las rutinas y el horario de sueño». También Sergio Fernández era uno de sus fieles oyentes, y quien considera que «ahora ya no queda nadie igual que él para escuchar, todos se repiten y no cuentan nada nuevo».

José María García fue recibido entre aplausos en cuanto se dejó ver en la Colegiata. Y en cuanto se sentó ante los micrófonos -alguno de los que tenía delante le gustaba más, y otros un poco menos, como él mismo se encargó de recordar-, se hizo el silencio. Causó expectación. Al público ya lo tenía en el bolsillo sin todavía mediar palabra.

El vicepresidente del Ateneo Jovellanos, Luis Rubio Bardón, se encargó de presentar el acto, que comenzó con un emotivo aplauso en memoria del jugador del Llaranes Hugo Suárez, fallecido el pasado domingo durante el transcurso de un partido con su equipo.

En la presentación del libro que recorre su biografía, titulado 'Buenas noches y saludos cordiales', José María García respondió a las preguntas formuladas por el jefe de Edición de EL COMERCIO, Carlos Prieto. Los detractores de José María García, que son muchos -«o millones», como él mismo señala con frecuencia- podrían acusarle de multitud de errores o defectos, pero desde luego no de ser parco en palabras. Una sola de sus respuestas le servía, al mismo tiempo, para atizar a algún político, directivo o empresario, provocar sonrisas entre el público y generar multitud de reflexiones. Sus largos silencios, que sabe manejar muy bien, ayudan a todo ello.

Ante los micrófonos demuestra carácter y eso mantuvo con los ojos bien abiertos y los oídos atentos al público presente en la sala durante una distendida tertulia que se prolongó hasta las 21 horas. La tarde había pasado muy rápido y no dejó indiferente a nadie. «Me quedé con ganas de escuchar más cosas, de esas que él cuenta con naturalidad, y que sorprenden a la gente», confesaba Javier Álvarez.

A la conclusión, mientras Vicente Ferrer firmaba ejemplares del libro, José María García atendió las solicitudes del público y se convirtió en el protagonista de decenas de 'selfies'. Una vez fuera de la Colegiata, una chica, despistada, preguntaba «¿de quién había sido el concierto?», pero más bien el recital lo había dado José María García, que encandiló a los presentes con sus anécdotas y sus palabras cargadas de balas.

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