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Óscar M. Prieto.
«Ser feliz es ser buena gente»

«Ser feliz es ser buena gente»

Hoy presenta su nuevo libro, titulado '40', en la librería gijonesa La Buena Letra

DIEGO MEDRANO

Lunes, 10 de abril 2017, 01:47

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Después del éxito de su anterior novela, 'Berlín Vintage', el escritor leonés Óscar M. Prieto visita Asturias para presentar su nueva creación: '40' (Eolas Ediciones). Hoy se presenta a las 20 horas en La Buena Letra de Gijón (acompañado por el editor Héctor Escobar y por el músico José Luis García Aguado, de Elle Belga) y mañana, a las 19.30, en la Librería Santa Teresa de Oviedo (con el poeta Rafael Saravia). Se trata de una obra sobre el destino, el amor, sobre la posibilidad de cambiar aquello que no nos gusta. Un texto ágil, donde se conjugan perfectamente el humor y lo profundo, y que, además de entretener, enfrentará a los lectores a cuestiones de amplio vértigo existencial.

Su novela ha sido definida como un canto a la vida. ¿Por qué?

Sí, yo mismo la veo así y considero que es una buena síntesis de lo que el lector se va a encontrar. En primer lugar, porque fue con ese ánimo de celebración con el que yo la escribí, durante todo el proceso estaba festejando la vida. En segundo lugar, por el propio contenido del libro, en el que se narra el amanecer de Cosmo, el protagonista, a la vida. Un amanecer que le llega gracias a un accidente, que a punto está de convertirse en tragedia pero que, sin embargo, él logro convertir en una oportunidad.

¿Diría que la aventura de Cosmo es una búsqueda de la felicidad?

Creo que es un error plantearse la vida como una búsqueda de la felicidad. Más bien la entiendo como una búsqueda de sentido, de encontrarse uno mismo. Aunque comulgo con Bertrand Russell cuando afirma que él ha venido a este mundo para ser feliz, considero que la felicidad no debe plantearse como un objetivo. En mi opinión, es un resultado. Uno es feliz cuando siente que está haciendo lo que tiene que hacer, cuando logra deshacer el conflicto entre el deber y el deseo, cuando no le ofuscan otros motivos espurios, ni cae en los banales engaños publicitarios.

¿Podría concretar un poco más?

Ser feliz tiene mucho que ver con la bonhomía, con ser buena gente. Yo soy feliz si consigo hacer felices a quienes quiero. Es así de sencillo. Esto es lo que descubre Cosmo, que el egoísmo es el mayor enemigo de la felicidad y que en la generosidad y en la entrega a los demás está el secreto de una vida plena y feliz.

Pero en su novela hay hombres malos, capos del narcotráfico, sicarios que asesinan por dinero...

Cierto. Por desgracia hay gente mala y también malvados. Incluso nosotros, sin ser malos, a veces actuamos mal. Pero fíjese que a Cosmo, estos malvados, que pudieron quitarle la vida absurdamente, por error, en lugar de ello, le sirvieron para darse cuenta y cambiar y elegir un camino mejor. Quiero decir que no podemos dejar que el mal se enseñoree de nuestra vida. En nuestra mano está devolver bien por mal. Solo tenemos que decidirnos de verdad. En la novela hay un personaje, Diego, que representa exactamente esto que le digo. Todo lo que le viene, lo devuelve mejorado. Esa es la clave. Podemos hacerlo.

¿Con crisis, guerras, un mundo loco, no le parece una frivolidad escribir sobre la felicidad?

Al contrario, precisamente porque el mundo está loco y se nos está yendo de las manos, considero más necesario que nunca que tomemos conciencia de que depende de nosotros, que podemos cambiarlo. El insistir en lo mal que está todo no creo que solucione nada. Me quedo con la cita de Balzac: «Aunque nada cambie, si yo cambio, cambia todo».

Va a hacer usted muchos kilómetros presentado esta novela.

Al que no mueve los pies se le para la cabeza. Ya hice muchos kilómetros preparando esta novela. Gran parte de ella está escrita en Roma y también tuve que viajar a Burdeos y llegar hasta el círculo polar porque Cosmo necesitaba viajar a estos lugares. El escritor tiene que ir en busca del lector donde sea que se encuentre. Además, lo paso bien. Yo pongo todo lo que haya que poner en juego, no escatimo, es mi apuesta.

¿Y Asturias?

Asturias forma parte de mi biografía y ocupa un lugar mi caro en mi corazón. Soy de Benavides de Órbigo, un pueblo de veraneo de asturianos, y desde mi infancia todo lo que tiene que ver con Asturias y su gente se conserva en mi memoria como hermosos recuerdos. Amo esta tierra vuestra. Pero con '40' el vínculo con Asturias es más intenso, porque parte de ella la escribí aquí y también es escenario del libro, su montaña y su mar, la playa de Gulpiyuri... Asturias es para mí como el cielo que está sobre León.

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