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La escritora Anna Caballé estará hoy en Oviedo. XAVIER JUBIERRE
«La ideología machista llegó a convencer a las mujeres de que eran inferiores»

«La ideología machista llegó a convencer a las mujeres de que eran inferiores»

Anna Caballé, profesora de la Universidad de Barcelona ·

Esta escritora y crítica literaria ganadora del Premio Nacional de Historia abre este miércoles en Oviedo un congreso sobre misoginia en la literatura y la sociedad

Miguel Rojo

Gijón

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Miércoles, 5 de octubre 2022, 18:33

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Anna Caballé (L'Hospitalet de Llobregat, 1954) es una de las más destacadas expertas del género biográfico en España, además de escritora, crítica literaria y profesora. Premio Nacional de Historia y Premio Jovellanos de Ensayo, ha destacado a la hora de redescubrir el trabajo de muchas mujeres ocultas bajo el sistema patriarcal. Este miércoles pronuncia la conferencia inaugural de un congreso internacional de la Universidad de Oviedo en el que se analiza la misoginia en la literatura, la cultura y la sociedad.

«Estamos viviendo un momento único para el feminismo», nos cuenta. «Las cosas están cambiando mucho en muy pocos años y hay una sensibilización que está marcando un antes y un después en la cultura», celebra. Aún así, hay mucho por lo que luchar. «Evidentemente, el feminismo está trabajando por rescatar la historia de las mujeres en el pasado, y haciéndolo nos hemos dado cuenta de que venía muy cargada de ideas misóginas, de hostilidad hacia los derechos de la mujer. La naturaleza de esas ideas va cambiando según avanzan los siglos, pero el resultado es el mismo: el sometimiento, el impedimento de que la mujer evolucionase. Se les impedía el acceso a la educación, a las escuelas, a las bibliotecas, a los estudios superiores, con lo que había mujeres aniñadas, infantilizadas, poco comprometidas con la política. Esa ideología machista y misógina había convencido a las mujeres de que eran inferiores intelectual y moralmente».

Todo estaba constituido de forma que se perpetuase la situación. «Detrás había una literatura, una filosofía, una prosa doctrinal, un conjunto de ideas que se aseguraban de que eso siguiese así. Ahora la misoginia, por suerte, es encubierta y tangencial. Los hombres se sienten incapaces de decir cosas que hace 30 años dirían con toda normalidad», reconoce. En su opinión, «los hombres antes eran inmunes a la crítica, ahora la mayoría comprende que era una situación intolerable. Combatir la misoginia y el machismo es beneficioso para las mujeres y para los hombres, que pueden relacionarse con ellas de una forma más natural». Algo que, recuerda, no sucede a igual velocidad en todo el mundo. «Lo que ha pasado en Irán con esta mujer kurda perseguida por la policía moral por cómo llevaba el velo, y que acabe muriendo, es intolerable», pone como ejemplo. Es por eso que tenemos que ser constantes «en ese destierro de la misoginia». Y es por eso también por lo que un congreso como el que hoy empieza tiene mucho sentido. «Queremos reescribir las ideas culturales, nuestro pasado, en una clave integradora en la que se puedan incorporar las mujeres», resume.

«Estoy en contra de la cultura de la cancelación: si borramos la injusticia de la historia no podemos luchar contra ella»

Titula su intervención 'Caballos o peces. El no lugar de las mujeres cultas en la cultura española'. Y lo hace en referencia a un artículo de 1879 de Leopoldo Alas 'Clarín' en el que describía así a las literatas. «Decía que podrían ser caballos o peces, porque mujeres no. Y es que creía que si se dedicaban al estudio no eran femeninas ni guapas. Para él, las guapas no necesitaban estudiar, porque podían conquistar a un hombre sin tener que recurrir a cosas impropias de mujeres», rememora. Aún así, Caballé se declara contraria a la cultura de la cancelación. «Estos comportamientos no invalidan todo lo que los hombres hicieron a lo largo de la historia. Lo que antes veíamos con naturalidad ahora lo vemos con una conciencia más crítica. Eso lo ha logrado el feminismo. Pero no podemos condenar nuestro pasado, porque sin él no se podría explicar ni siquiera la lucha del presente. Si eliminamos la injusticia de la historia no se puede luchar contra ella. ¿Cómo vamos a explicar a los niños la historia de las mujeres si eliminamos todos esos pasajes bochornosos?».

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