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Benavides, en la plaza de Italia de Gijón. :: DAMIÁN ARIENZA
«El escritor debe ser capaz de mentir con fundamento»

«El escritor debe ser capaz de mentir con fundamento»

José Eduardo Benavides, narrador peruano presentó su última novela en la Semana Negra

P. A. MARÍN ESTRADA

Lunes, 9 de julio 2018, 00:54

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El narrador peruano Jorge Eduardo Benavides (Lima, 1964) presentaba ayer en la Semana Negra su última novela, 'El asesinato de Laura Olivo' (Alianza), la primera incursión en el género negro de un autor que ha ido seduciendo a un público fiel de lectores y con la que busca, como en todos sus libros, divertir y hacer reflexionar sobre la realidad.

-El mundillo literario y sus intrigas protagoniza su nueva novela...

-No trata tanto de los escritores como de lo que no vemos de ellos. Explora ese territorio que los lectores no tienen a su alcance. Muchos desconocen que somos la última rueda del coche del mercado editorial o esa relación no siempre fácil con nuestros agentes.

-Laura Olivo, es una de ellas. El propio título desvela su trágico fin...

-Ella es una parodia negra de lo que es un agente. Alguien que entra en el negocio no por editar un libro o escribirlo, sino como intermediario en el proceso. Tiene que tener un buen olfato, saber moverse y defender a sus autores, que se les reconozca su trabajo y se les pague bien. Así es Laura. La relación sus autores es más fenicia que literaria: solo ve el producto que va a vender. Es temperamental, hosca, ha tenido que jugarse mucho para lo que ha logrado y en ese camino ha ido dejando atrás muchos enemigos. La novela se siembra con muchos candidatos para ser su asesino

-Una trama clásica, más allá de la parodia...

-Tiene esa parte divertida y yo mismo me lo he pasado bien escribiéndola. No me resultó particularmente complicada porque me gusta trabajar la estructura narrativa y una novela negra requiere una muy firme: tienes que saber quién es el asesino desde el principio e ir dejando pistas falsas. Lo pasé muy bien porque tengo un gran respeto al género policial. Es la primera vez que incurro en él y lo he hecho con todas las cautelas para tratar de que funcione dentro de los cánones.

-Ha escrito novelas históricas y sobre ellas ha dicho que le gusta «mentir con fundamento».

-En esas novelas se respeta todo lo posible lo que ocurrió y luego se rellena los espacios vacíos, lo que no se contó o no se supo que pasó, pero todo tiene que cuadrar. El relato debe de ser verosímil sin que lector se sature de la hipotética erudición del autor sobre esos hechos. Eso le permite mentir con conocimiento de causa. Se recoge lo mejor del trabajo académico para llevarlo al espacio del gozo de la ficción.

-En las suyas hay también una mirada crítica a la realidad presente. En 'Enigma en el convento' sitúa la acción en la independencia de las colonias americanas. ¿La historia se repite?

-La novela histórica permite observar las cosas y establecer un cierto grado de sensatez hacia la realidad. Está bien recordar que los hispanoamericanos estaban tan lejos de sus abuelos que tuvieron que hacerse un mundo por su cuenta para contrastarlo con la patraña de lo que sucede en Cataluña. Ni los catalanes están colonizados ni están tan lejos de España. Es un ejemplo cercano.

-Para que no vuelva a repetirse, decían los supervivientes del Holocausto...¿Se puede evitar?

-Mi próxima novela transcurre en la primera guerra carlista. En la investigación previa me llamó la atención que un siglo exacto después sucede la guerra civil. No es azar, sino algo que ocurre cada cierto. Creemos que la historia es cosa del pasado, pero es una placa tectónica sobre la que nos movemos y en la que cada cierto tiempo hay sacudidas. El mundo es un constante movimiento de placas que generan guerras, separaciones, integraciones. La literatura nos permite constarlo y tomar nota de ello.

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