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Nélida Piñón. EFE
«El feminismo solo ha hecho conquistas parciales»

«El feminismo solo ha hecho conquistas parciales»

Nélida Piñón, matriarca de la letras brasileñas, vuelve a la novela con una fábula sobre la épica historia de Portugal

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Lunes, 6 de diciembre 2021, 01:13

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Como un fabuloso regalo celebra Nélida Piñón (Río de Janeiro, 84 años) la reciente concesión de la nacionalidad española. Hija y nieta de gallegos, la matriarca de las letras brasileña está en España para presentar su nueva novela, 'Un día llegaré a Sagres' (Alfaguara), la primera que publica en 16 años, y para dejar su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. En su dulce español recuerda con nostalgia su infancia en Galicia y ofrece las claves de una novela «sensual y violenta» en la que recrea la historia de Portugal. Temprana feminista, cree que las mujeres solo han hecho conquistas parciales y que el poder real les sigue vedado.

Explica la escritora que la historia de su novela le rondaba desde que en 2004 avanzó la idea a Carmen Balcells, legendaria agente literaria y «amiga del alma». «Le conté el argumento y me dijo que era una historia muy violenta, pero yo le expliqué que, como mujer, puedo ser lírica, sensual y violenta», cuenta la narradora en el salón de su domicilio temporal en Madrid, por el que corretean sus perritas Pilara y Susi, con las que siempre viaja.

Afirma que su novela «sigue la estela de los vientos que guiaron a los grandes navegantes portugueses», aquellos que hicieron una «nación» del país vecino y que están «muy presentes» en la vida de Mateus, el protagonista de una épica fábula que recorre la historia lusa del siglo XV al XIX. Hijo de una prostituta acusada de brujería, nacido en una aldea del norte en el siglo XIX, Mateus es un campesino «brutal, triste y desclasado» criado por su abuelo Vicente. La muerte de este, su faro vital, le impulsa a emprender un utópico viaje al extremo más meridional de Portugal en pos de una vida mejor.

En su periplo, Mateus se cruzará con las huellas del navegante Vasco de Gama y del escritor Luis de Camoens, dos hitos de la historia de Portugal, país al que Piñón siente también «como una patria» y al que se trasladó para concluir la novela. «Mateus descubrirá que, siendo miserable, es hijo de la grandeza. Que Portugal pasó por muchas cosas para llegar a ser una nación y que, gracias a ello, puede enfrentarse a todas las aventuras», explica.

«Feminista histórica»

«La literatura no se hace de información, se hace con misterios que el escritor debe llevar al lenguaje y al lector», asegura. Unos misterios que ella halla en cualquier lugar y situación. «Cuando viajaba por los escenarios de la novela en Portugal y veía un tronco, pensaba en la sangre que se había derramado sobre él y mi imaginación se disparaba», explica. «No habría podido contar esta historia con voz femenina, porque una mujer en el siglo XIX no podía viajar ni ser una peregrina. La mujer estaba entonces destinada al refugio del hogar», aclara. «Un personaje femenino creado por un hombre puede ser tan maravilloso como al contrario. Ahí está Flaubert, que dijo 'Madame Bovary soy yo'», asegura la escritora y expresidenta de la Academia Brasileña de Letras, que se tiene por «feminista histórica».

«He conocido a las grandes feministas, mujeres muy cultas, pero no podemos decir que haya habido una conquista definitiva del feminismo, sino que ha habido avances desde los años setenta. La mujer no tiene hoy una presencia significativa en el poder. Solo hay que mirar las fotos del G7 o el G20, donde solo hay corbatas», añade risueña. Aclara enseguida que ella es de las que cree «que el piropo es maravilloso» y que es capaz «de elogiar» a hombres y mujeres. «Quiero que sean galantes conmigo, como soy galante con todo el mundo», reivindica.

Ganadora del premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2005, Piñón «no entiende» que haya que pedir perdón por lo ocurrido en el pasado. «Debemos conocer profundamente lo que pasó para rectificar nuestra visión. La historia es imborrable, y hay que conocerla bien a través de grandes historiadores, que nos faltan. No se estudia la historia como se debería para poder establecer una analogía con el presente», lamenta. «Con el horror se ha construido nuestra cultura. No fuimos santos ni lo somos ahora», sostiene.

Doble nacionalidad

Con cuatro abuelos gallegos, tenía derecho a la nacionalidad española «pero no tuve el coraje de pedirla», confiesa. El embajador de España en Brasil, Fernando García Casas, le trasladó que el Gobierno español se la quería ofrecer, y aceptó. «Ahora es como si volviera dar vida a mis muertos», explica en un español «que anida en lo más hondo de mi corazón desde mi infancia».

«Recuerdo cómo de niña, en una visita a Madrid con mis padres, pedía en un bar aceitunas con anchoas creyendo que ya sabía español», dice quien depositó en la caja número 1261 del Cervantes fotos, objetos personales y familiares, manuscritos y primeras ediciones de obras como 'Guía-mapa de Gabriel Arcanjo' (1961) o 'La república de los sueños' (1984).

Ella es autora los libros de cuentos 'El tiempo de las frutas' (1966) y 'Sala de armas' (1973) y de textos biográficos y ensayos como 'Aprendiz de Homero' (2008) o 'La épica del corazón' (2017).

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