«Cuando Riego murió, nació la leyenda»
Adrián Barbón acompañó a Pedro Villanueva en la presentación de su libro sobre Rafael del Riego
Rafael del Riego vino al mundo en 1784, en la parroquia tinetense de Tuña, y tardó muy pocos años en hacer historia. En 1820 ... lideró el pronunciamiento que lleva su nombre y, con él, puso fin al absolutismo de Fernando VII y dio paso a un régimen constitucional en España. Este asturiano defendió la libertad con todas las consecuencias, hasta que esos principios le costaron la vida. Un 7 de noviembre de 1823 lo ahorcaron en la madrileña plaza de la Cebada y entonces «nació la leyenda», tal y como aseguraba ayer Adrián Barbón, en la presentación de l libro 'Riego debe morir'. Esta obra de Pedro Villanueva reunió también en la sede de Presidencia al consejero de Medio Rural, Marcelino Marcos; a la viceconsejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez, y al presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño.
Todos ellos tomaron conciencia durante el acto «de la trascendencia» histórica de un militar que es «un símbolo de la libertad misma», reivindicaba Barbón. A su lado, Josefina Velasco, jefa del servicio de bilioteca de la Junta del Principado, estaba convencida de que la figura de este liberal «renació cada vez que renacía la Constitución». Y sigue tan viva que dos siglos después de su abrupto final, este libro vuelve a dibujarlo, aunque «sin contarlo todo. Si ven que falta algo, lo hice adrede», confesaba Villanueva.
Además, después de mucho investigar, el escritor descubrió que el liberal descansa en el Cementerio de la Almudena. «Escarbé un poquito y me di cuenta de que su hermano vino a buscarlo y vio que estaba en una fosa común. No se pudo recuperar su cuerpo y esa fosa pasó a la Almudena», indicaba. Lo que sin embargo sí que pasó a la historia es su himno. «Esta canción nació porque, cuando los soldados ibann en movimiento, necesitaban tener algo que cantar y la compusieron».
Adrián Barbón: «Es un símbolo de la libertad misma. Mucha gente joven va a descubrir lo que significó»
Ayer todos los presentes pudieron escucharla, gracias a la guitarra de Marcos Arregui y al violín de Sabel Rodríguez. Estos dos músicos pusieron las melodías a un acto, en el que se reclamó que «España reconozca esta figura», tal y como lanzaba Barbón. «La historia de nuestro país y de nuestra tierra no se puede perder, no puede quedar abandonada. Tiene que salir a la luz y, para que salga a la luz, necesitamos gente que dedique su tiempo y sus esfuerzos».Gracias a quienes se sumergen en el pasado, «mucha gente joven va a conocer lo que significó Rafael del Riego para este país» y también para nuestra región y para su Tineo natal.
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