«La poesía sale desde la pataleta existencial y desde las certezas»
Rosa Valle charló con Verónica García-Peña en Poex sobre el valor de este género minoritario, que gana en voz alta
«Yo no vuelvo a la poesía porque nunca me voy de ella», confesaba ayer Rosa Valle en Poex, poco antes de empezar a charlar ... con la colaboradora de EL COMERCIO Verónica García-Peña. La escritora reconocía que los versos viven dentro de su cuerpo y «van saliendo», por eso, aunque ella pulule por otros géneros literarios, siempre tiene «un poemario abierto».
Lo necesita, ya que las estrofas le nacen «desde la pataleta existencial y desde la constatación de certezas». De todas partes surge la inspiración y el juego porque, según decía, «la poesía sale y es liberadora. La narrativa para mí ya es un trabajo, sin embargo, con los poemas busco siempre la belleza». Y la encuentra porque, a pesar de tratarse de un género minoritario, «ha crecido en lectores y en público», consideraba. «Es verdad que los que somos muy lectores leemos también poesía, pero luego hay otras personas que quizá no la leen, pero sí la escuchan».
Rosa Valle recordaba un recital que tuvo hace poco tiempo en Rovigo, al que acudieron trece poetas y, ante tanto despliegue literario, se pensó que aburrirían a los vecinos de la aldea. «Les encantó a todos porque con los poemas se tocan directamente las emociones y a las personas», explicaba. «Había composiciones de denuncia social, de folclore, de fiesta...», enumeraba, convencida de que, a cualquier persona «medianamente sensible», es imposible «que no le afecten los versos». Nadie puede resistirse a su calor y, por eso, la escritora recomienda siempre «regalar poesía». Sabe que es un acierto seguro.
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