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Araceli Iravedra y Fernando Valls, durante el acto de la Cátedra Ángel González en la Universidad de Oviedo. ALEX PIÑA
La verdad revelada de Ángel González

La verdad revelada de Ángel González

DIEGO MEDRANO

OVIEDO.

Jueves, 6 de diciembre 2018, 00:35

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La última conferencia del año de la Cátedra Ángel González tuyo ayer en el Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo como protagonista a Fernando Valls -profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona y de numerosas extranjeras; vive en la actualidad la mayor parte del año en Berlín- bajo el epígrafe: 'Fotografía y literatura: El caso Ángel González'. Araceli Iravedra hizo un buen balance del año, en sus palabras liminares, y sitúo la charla de Valls en el terreno del azar, fruto de un email que le había enviado interesado por la procedencia de una fotografía.

Fernando Valls combina la crítica seria (medios como 'Ínsula' o 'Quimera') con la más divulgativa ('El País' o 'Infolibre'). Destaca como ávido lector de poesía y teórico, por medio de varias antologías, del relato corto y microrrelato en España. Sus intereses presentes no son otros que realizar una suerte de 'investigación policial' acerca de fotografía y literatura, del romanticismo a la actualidad. El repaso fue completo a la mayoría de fotografías conocidas sobre Ángel González: de la legendaria de Colliure, en las honras a Antonio Machado, a las últimas que tuvieron al poeta ovetense como protagonista (2006). Tuvo palabras de elogio para el archivo de Ton Carandell -esposa de José Agustín Goytisolo- junto a la encomienda de que «no llegara a perderse», como suele ocurrir en estos casos. Situó a las mujeres del 50 como 'invisibles' a razón del protagonismo de sus cónyuges y según varios testimonios de las mismas.

El recorrido pormenorizado no ofreció firmas de los fotógrafos -en su mayoría anónimas- y situaron a Ángel González en varias ópticas: soltero y sin la conocida barba, casado y de la mano con Susana Rivera, en compañía de todo el grupo poético del 50, con amigos como Juan Gelman o Paco Ignacio Taibo, Manolo Lombardero o Benito Canal, imitando el gesto de Emilio Alarcos en una conocida imagen, junto a Joaquín Sabina o solo, paseando por parques a la manera de clásica de Baroja u otros. Distinguió las fotos de escritores que imitan a otros escritores (Ortega con la mano metida en el chaqueta como Balzac), los primeros del siglo XX paseando por toda clase de entornos naturales y citó al propio González para hablar de la fotografía como de la «verdad revelada» donde «no es posible mentir aunque sí manipular esa verdad y dar a conocer lo contrario de lo que se pretendía». Subrayó la «mirada de lejanía, cansancio y tristeza» en las propias palabras de González sobre sí mismo en 2006 y, a título de poética de conjunto, destacó las palabras del escritor Andrés Ibáñez al señalar: «El rostro de Joyce o Valle-Inclán son inseparables de sus obras». El interés de Valls es ver cómo se proyecta el escritor (si de forma teatral, sobria o pose) junto a la conocida imagen prefabricada de muchos (Ray Loriga de rockero; Wendy Guerra desnuda; Clarice Lisperctor hoollywoodiense). Tuvo palabras para unir ciudades y escritores a tenor de su imagen («Berlín es antes Schiller que Goethe») y cómo la ausencia de muchas -caso de los años republicanos españoles- llevó al desconocimiento de muchas figuras de las letras.

Valls lo tiene claro: «La potencia del 27 es su fotografía de grupo», «El 50 es un grupo poético cerrado debido a su fotografía en conjunto», «Las fotografías de Baudelaire, Verlaine o Rimbaud por Nadar trascienden lo testimonial y son parte de la obra». La fotografía, según todo lo anterior, generaría 'canon' y los actuales estudios sobre fotobiografía o fotolibro son territorios todavía vírgenes a explorar. Tuvo palabras de elogio para Schommer -por sus retratos psicológicos- y para Daniel Mordzinski -por la construcción previa de sus trabajos-. Ángel González hablaba de la fotografía como «presencia que no ocupa espacio» y, para Valls, el autor que más imposta su imagen o espacio ocupa es Vila-Matas, aunque también causó risas en el escenario su glosa de Javier Marías «descamiso, mostrando pelo en pecho». El premio Cervantes -al que antes acompañaba un lienzo encargado para la ocasión- hoy son dibujos o fotografías -recordó las de Sánchez Ferlosio- y los estudios en este campo no hacen sino avanzar.

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