paloma ucha

LP se da un baño de gente en Gijón

La cantante norteamericana puso patas arriba el Teatro de la Laboral con su gran voz, un potente concierto y una personalidad arrolladora

m.r.

Viernes, 7 de octubre 2022, 03:17

Desde la fila siete, lo resumió con un grito en un momento de silencio una de sus admiradoras: «Mejor no se puede cantar». Porque cierto ... es que lo de esta noche de jueves en el Teatro de la Laboral fue un espectáculo arrollador, de principio a fin, sustentado por las cuerdas vocales de esta moza de Long Island que fue subiendo la temperatura del público que había llenado el recinto para disfrutar de su concierto hasta darse un baño de multitudes entre las butacas del teatro casi dos horas después de los primeros acordes.

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Pero vayamos al principio. Mientras las butacas se iban llenando, una cuidada iluminación con tonos rojos y efectos de humo enmarcaban un gran cartel en el fondo del escenario que mostraba las iniciales de la artista. Aunque se llama Laura Pergolizzi, ella prefiere que la llamen simple y llanamente LP, y así se la conoce artísticamente. Tras lanzar su álbum 'Churches' en 2021, con el que está de gira por todo el mundo , contaba ayer en Gijón que su próximo trabajo está «casi acabado», al menos, aclaró, en su cabeza. Y si alguno de los que se acercó a su concierto lo había hecho por curiosidad, podría asegurar sin demasiado riesgo de equivocarme que, de su actuación de ayer, salió convertido a esa religión que profesa esta menuda neoyorquina y que se rige por preceptos tales como el amor, la libertad, el respeto y el rock.

Más de un millar de personas disfrutó de un gran concierto de rock que, en cuanto se afinaron los iniciales desajustes de volumen de las primeras canciones, sonó como cuando suenan bien los conciertos en el Teatro de la Laboral. La artista pudo mostrar en todo su esplendor ese torrente de voz que lo mismo se rasga y se modula en los tonos graves, al estilo de los rockeros clásicos, que se eleva en los agudos poniendo de relieve su amplia tesitura y luciendo una gran voz de mezzosoprano que dejó boquiabierto a más de uno y respigados a unos cuantos.

Su capacidad para tocar la guitarra, el ukelele, la armónica y utilizar el silbido, además de su sonrisa permanente, su pose rockera, su buen rollo y sus constantes demostraciones de cariño hacia los fans -recogió regalos, dio manos, chocó puños, guiñó ojos y regaló selfies en varios momentos el concierto- consiguen que el espectáculo se pase volando: fue enlazando canciones, unas más baladeras, otras más cañeras, con un gran sentido de la escena, un espectacular juego de luces y una banda sin fisuras hasta lanzarse a recorrer el patio de butacas tras los bises al ritmo de su gran éxito, 'Lost on you', repartiendo abrazos -bajo la preocupada mirada de su enorme guardaespaldas, que la seguía a una distancia prudencial-, recibiendo besos y convirtiéndose en la protagonista de decenas de fotos y vídeos en los teléfonos móviles.

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Desde 'When we touch', canción con la que abrió el concierto, hasta la coreadísima 'One last time', con la que amagó con irse para después volver con la emocionante 'Recovery' y la mencionada 'Lost on you', apenas hubo tiempo para tomarse un respiro. Brilló en temas como 'Girls go wild', 'Strange' -deliciosa con la armónica-, 'Rainbow', Y por el camino tuvo tiempo para acordarse de Mahsa Amini -la chica iraní asesinada por no llevar bien puesto el velo, a quien dedicó 'Churches', la canción que da título a su último disco-, ondear una bandera de ucrania y llevarse el cariño de los asistentes al concierto, que saltaron, aplaudieron, corearon y no pudieron evitar levantarse de las butacas, hasta despedirla con una gran ovación. Adrenalina pura.

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