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Tres de los intérpretes de 'La Ternura', ayer, sobre las tablas del Teatro Jovellanos. FOTOS: PALOMA UCHA

Magia para reunir y soñar despiertos

El respetable que llenó el patio de butacas del coliseo gijonés brindó a esta comedia una merecida ovación. 'La Ternura' de Alfredo Sanzol abre la temporada teatral del Jovellanos y logra convencer al público

PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Viernes, 3 de enero 2020, 00:28

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El Teatro Jovellanos ha querido comenzar el año y la nueva temporada escénica con un espectáculo que parece haber sido elegido para reconstituirnos de los excesos tribales de estas fiestas a base de una ración de vitaminas tan sabrosa como eficaz. 'La Ternura' de Alfredo Sanzol produce en el espectador esos efectos mágicos que solo la pluma y el ingenio de un dramaturgo de su calibre consigue alcanzar en estos tiempos dominados por las emociones intelectualmente planas. El camino recorrido por esta comedia desde su estreno hace dos años muestra lo arbitraria que es la fortuna en el circuito teatral español: a pesar de su indudable calidad, tardó bastante en despegar. Por aquí mismo pasó, sin la esperada acogida, y ahora las tornas han cambiado desde que en mayo del pasado año recibiera el Max a la mejor producción escénica. Sin duda es una de las mejores funciones que están en cartel, como lo reconoció ayer el público gijonés.

Sanzol es también uno de los mayores talentos actuales de la comedia, especialmente por su voluntad de estrujar el enorme potencial imaginativo de un género que a menudo se confunde con la astracanada bobalicona. En esta pieza, el pamplonica, puesto a elegir fuentes, opta por las más altas, las de la comedia isabelina y su gran estrella, Shakespeare. El resultado no es un juguete hilado con partes tomadas de aquí y de allá en el repertorio del inglés, sino una obra nueva que se inspira en la magia del original y tributa al maestro con bien ensamblados guiños, en ocasiones desde los mismos diálogos de los personajes o en medio de sus acciones.

La historia de la reina maga y 'fartuca' de los hombres que viaja con sus dos hijas en la Armada Invencible para casarlas con albiones de alcurnia y se rebela contra el destino provocando una tormenta que las lleva a una isla aparentemente desierta es el punto de partida de este festival imparable de enredos y maravillas que se origina en el inesperado encontronazo con el otro trío de personajes: el leñador y sus vástagos que habitan el lugar de arribada de las náufragas. Como en el mejor Shakespeare, es el amor y el temor a sufrir por él quien mueve a estos seis corazones desnudos magníficamente interpretados por un elenco en el que brillan con luz propia Juan Antonio Lumbreras y Elena González (padre y madre), un sembrado Paco Deniz y unas Eva Trancón, Natalia Hernández y Carlos Serrano que no les van a la zaga en esta divertidísima joya de Alfredo Sanzol. El público que llenó el patio de butacas rompió en una merecida ovación final.

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