Borrar
Antonio Cores estrecha la mano de un miembro de la tribu Nuba, en Sudán, en 1976. FOTOS CEDIDAS POR LA FAMILIA
Muere el fotógrafo y aventurero Antonio Cores

Muere el fotógrafo y aventurero Antonio Cores

Asturiano nacido en Cádiz en 1936, fotografió parajes y paisanajes insólitos e inéditos de América y África y para él posó Picasso con 85 años

M. F. ANTUÑA

GIJÓN.

Martes, 24 de marzo 2020, 00:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un auténtico peliculón tuvo por vida Antonio Cores, asturiano nacido en San Fernando (Cádiz) en el inicio de la guerra civil (1936), uno de los doce hijos de Laína Uría Ríu y Joaquín Cores Masaveu, con casa familiar en el Palacio de Meres, donde se crió y donde vivió hasta tomar rumbo a Barcelona y comenzar un periplo vital por medio mundo, solo, en familia, en barco, en camión, con la cámara de fotos colgada al hombro y siempre con ideas, con proyectos apasionantes y con la compañía de personajes tan ilustres como Antonio Gades, Luciano Pavarotti, Paco de Lucía o Pablo Ruiz Picasso, que se contaron entre sus múltiples amigos.

Según explicaba ayer su hijo Iván, afincado en Oviedo desde finales de los noventa, su vida se apagó en Almuñécar (Granada), donde se había asentado en los últimos años y donde a principios de 2020 le detectaron el cáncer que se lo ha llevado. En Andalucía no se le ha podido velar, por los dictámenes del estado de alarma por el coronavirus, pero su familia ya anuncia que en cuanto se pueda se le dará sepultura en el Palacio de Meres.

Fue Cores un referente de la fotografía española de viajes, exploración y aventura en la segunda mitad del siglo XX. De la Asturias donde creció, una vez finalizada la guerra, se fue a Barcelona, donde se formó como aparejador y de allí a Francia para estudiar cine en París. En Cataluña encontró a su primera mujer, Elizabeth Valls Klein, con la que tuvo a su hijo Iván. Con ellos atravesó el océano en busca de historias que contar en imágenes: «Cruzamos el Atlántico en solitario, vivimos cuatro años en el Caribe filmando la caza de las ballenas, íbamos después a cruzar el canal de Panamá para hacer el Pacífico, puesto que mi padre tenía una precontrato con National Geographic, pero naufragó, y con el dinero del seguro del barco compramos dos camiones en Alemania e hicimos todo el Nilo desde Alejandría hasta Uganda, aunque la mayor parte del tiempo estuvimos en Sudán», relata Iván Cores, que hoy tiene 52 años. De aquel viaje se conservan filmaciones increíbles, insólitas y hasta entonces inéditas de las tribus africanas, «Hizo un trabajo maravilloso allí», dice su hijo, partícipe entre 1975 y 1981 de aquella apabullante aventura, en la que la tribú de los Nuba tuvo lugar preminente, pues con ellos convivió para documentar su día a día a fondo. Aunque su objetivo se posó también sobre otras comunidades nilóticas como los Shyluk, Nuer, Dinka, Taposa y Anuak. Tal fue el viaje que a su vuelta a España no fue fácil escolarizar al niño que creció viajando. «Tuve una infancia increíble, llegué a España en el 82 y no tenía libro de escolaridad», recuerda ahora en Oviedo, donde supo de la muerte de su padre.

En su biografía además de estas grandes aventuras figuran grandes personalidades, como Pablo Picasso, amigo personal y confeso admirador de su obra, que posó para él en su estudio. En mayo de 1966, el artista tenía 85 años y el fotógrafo era un treintañero, y en la localidad francesa de Mougin, el uno posó y el otro disparó. El torero Luis Miguel Dominguín fue quien les conectó. De las 73 fotografías captadas en aquel encuentro, una selección se exhibió en 2007 en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

Vendrían después de aquellos días en Francia todos esos viajes por el mundo que se dejaron ver y admirar en publicaciones como National Geographic. Y más adelante, otras aventuras artísticas como la que emprendió con el pintor chileno afincado en Marruecos Claudio Bravo, con quien mantuvo una estrecha relación desde los años sesenta hasta su fallecimiento en 2011. Pero es que, además de amistad, compartían amor al arte y proyectos de colaboración como el que les unió a la fotógrafa y artista polesa Beatriz del Río García -su segunda esposa y madre de Adrián, su segundo hijo-, en el libro 'Marabouts, Maroc' (Gallimard, 2010), un profuso recorrido por tierras marroquíes que muestra las últimas moradas del desierto.

África, siempre África presente en su biografía. Como América, pues también vivió vivió en Brasil y México antes de encontrar en Granada su último hogar y dedicarse allí a la digitalización de una obra fotográfica que ya es historia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios