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El pianista chino Yuan Sheng.
«El pianista debe disfrutar y aprender a conocerse a sí mismo para llegar lejos»

«El pianista debe disfrutar y aprender a conocerse a sí mismo para llegar lejos»

El intérprete chino ofrece esta tarde un concierto en el Teatro Jovellanos dentro de la programación del festival de piano

DAVID VALLE

Martes, 26 de agosto 2014, 00:24

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«Hola, ¿cómo estás? Encantado de conocerte». Con estas amables palabras y en perfecto inglés, recibe a EL COMERCIO Yuan Sheng a escasas horas de debutar en el Festival Internacional Jesús González Alonso. Sheng es un pianista de fama mundial gracias a los numerosos recitales que ha ofrecido por todos los rincones del mundo. Reconocido como un «artista de la más alta calidad» por la crítica de Nueva York, ha sido galardonado en los concursos internacionales de piano de Marsala, Erice, Jaén, La Habana y Beijing, lugar donde actualmente imparte clases en el Conservatorio Central de Música.

-Comenzó a tocar el piano con tan solo cinco años. ¿Cómo es la vida del pianista?

-Es una vida difícil. Pienso que tocar el piano tiene sus partes complicadas. No ganamos mucho dinero, pero es algo muy placentero. A pesar de la soledad, obtienes más de lo que pierdes.

-¿Cree que el mundo que rodea al piano es poco conocido?

- (Piensa) Personalmente, desde mi punto de vista como pianista, sí. Como seres humanos todos deberíamos aprender a apreciar este arte. La música tiene el poder de unir a todas las culturas del mundo, independientemente de cuáles sean.

-¿Pensó alguna vez en llegar tan lejos?

-Sinceramente no. Cuando era pequeño no pensaba en ser pianista. Practicaba con mi madre, pero no demasiado. Nada que ver con los pianistas de hoy en día. No fue hasta los trece años cuando decidí dedicarme por completo a la música.

-De todos los grandes pianistas, ¿Con cuál se queda?

-Es difícil quedarme con uno. A pesar de interpretar y escribir mucho sobre Bach y aunque me parece un poco injusto, dada la calidad que todos atesoran, si tuviera que elegir a uno me quedaría con Whilhelm Kempff.

-Parece ser que Bach es un músico que tiene bastante peso en su carrera. ¿Se considera un experto en él?

-Para muchos lo soy, porque como le he dicho lo he estudiado mucho, pero yo pienso que no. Existen muchos músicos que saben de él y de su música más que yo.

-Actualmente es profesor del Conservatorio Central de Música de Beijing. ¿Que es lo que más destacaría de sus alumnos? ¿Qué le gustaría inculcarles?

-En China, los alumnos trabajan demasiado duro. Muchos profesores les exigen demasiado y eso no les permite disfrutar. Yo trato de que lo hagan e intento hacerles ver que la música no es solo un trabajo, es mucho más. Cualquier pianista que quiera llegar lejos debe conocerse a sí mismo y por encima de todo, disfrutar con lo que hace.

-Usted ha recorrido el mundo ofreciendo numeros recitales en lugares como Canadá, Croacia, Cuba, Finlandia o Francia. ¿Qué diferencias observa con respecto al público español?

-En España siempre me he sentido muy agusto. He venido más de diez veces y podría decir que el público español es el más cálido que conozco.

-Háblenos del festival. ¿Qué opinión le merece el certamen? ¿Y la ciudad?

-Sin duda me quedo con el nivel de los estudiantes, que por lo que he podido ver es francamente alto. Respecto a Gijón, tengo que decir que me ha sorprendido gratamente. Su paisaje, su gente, la paz que transmite. No lo conocía y no me lo esperaba así. He de reconocer que me ha enamorado.

-Mañana actúa por primera vez en el Teatro Jovellanos. A pesar de su dilatada trayectoria, ¿siente nervios a la hora de acercarse al piano y tocar en público?

- Dependiendo del escenario o del momento, hay veces que sí. Siempre intento agradar y conectar con la gente que acude a ver mis conciertos. Estoy muy satisfecho con el programa que he diseñado y completamente convencido de que mañana saldrán encantados de la actuación.

-¿Piensa volver a Gijón en un futuro?

- Por supuesto. Ojalá pueda hacerlo pronto.Es un lugar con un encanto especial.

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