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Sábado, 13 de septiembre 2014, 00:49
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Tras la jornada inaugural de Avilés y antes de que hoy se traslade a la antigua cárcel de Oviedo, el festival audiovisual Trendelenburg recaló en Gijón, en dos escenarios distintos. Primero, en Laboral Centro de Arte, donde las actividades se abrieron con un concierto en el que los instrumentos eran todo tipo dispositivos móviles, desde teléfonos a tablets. Un espectáculo creado a partir del taller realizado en los días previos bajo la coordinación de Abel Hernández -ex de Migala-, que ejerció de maestro de ceremonias.
Para el siguiente espectáculo se creó en el recinto una red wifi para que el recital posterior pudiese ser escuchado por el público a travéstambién de sus dispositivos móviles. Al conectarse, se veía el vídeo y se escuchaba la música que, sin ningún tipo de amplificación. Toda la energía para producir la música salía de una simple batería. De hecho, el concierto duró lo que duró la carga de la misma. Después hubo espicha y proyectándo imágenes sobre un coche actuó Bruno Levi, que ofreció una sucesión de imágenes y sonidos. Después, en el teatro de la Universidad Laboral, actuó Nonotak, con su espectáculo audiovisual. Luz y color para cerrar la segunda jornada trendelenburg.
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