Luz escribe su cuaderno de asturianía
La cantante fue la protagonista de la Fiesta Literaria de la
ALBERTO PIQUERO
Lunes, 6 de octubre 2014, 00:52
Un año más, la Asociación de Amigos de Cudillero, de la mano de su presidente, Juan Luis Álvarez del Busto, convocó ayer en un conocido complejo hostelero de la localidad la Fiesta Literaria de la Mar. Lució el sol en el mediodía dominical para acompañar a los casi trescientos invitados que se dieron cita en el lugar, siendo los principales la cantante Luz Casal, quien dio lectura al XXII Cuaderno Literario 'Escritores en Cudillero', de su puño y letra, presentada por el investigador científico Carlos López Otín, el cual manifestó con humor y cariño por la artista astur-gallega, su orgullo por precederla «como telonero».
Asimismo, se otorgó la XV Insignia de Oro de la Asociación al reverendo José Pérez Barcia. Y como es tradicional, se concedió el galardón que premió el XXIII Concurso Literario 'Cudillero, el pescador y el mar', del que se hizo merecedora la alumna del IES Ramón Menéndez Pidal de Avilés Alba Oliva Rodríguez, por el cuento titulado 'Agradecimiento al gigante azul'. La gala se introdujo mediante un cortometraje de paisajes asturianos obra de Jesús Arango, celebrados con una banda sonora de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Ejerció de maestro de ceremonias el periodista Carlos Rodríguez Suárez, que intervino a continuación de la presidenta de la gestora municipal de Cudillero, Olga Fernández.
Pérez Barcia tuvo palabras para recordar a los dos misioneros muertos recientemente a causa del ébola y apeló a «la revolución del amor», parafraseando a Juan Pablo II.
En su papel de «telonero», López Otín evocó el día en el que conoció a Luz Casal, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y cuánto le impactó su «fragilidad y fortaleza». Reconociendo que sus héroes «no suelen ser las personas famosas»; sin embargo encontró en la cantante motivos para contradecirse. «Vivió el lado oscuro», dijo refiriéndose a su enfermedad cancerígena, «y en vez de extraviarse por el desfiladero de la niebla o los laberintos de la desesperación, lo afrontó con serenidad e hizo un pacto con la vida». Su propósito al presentarla fue el de «destejer la luz de Luz», al modo que Newton lo hizo con el arco iris, y habló de su «calidez conmovedora y ejemplar».
Por su lado, la propia Luz Casal dibujó Cudillero como «parte de mi infancia», definiéndolo a la manera de «un lugar oculto por tierra y por mar, que pareciera buscar la soledad fuera del tiempo». Ese horizonte al que llevar a «amigos o forasteros, y al que cada vez que vuelvo le encuentro cambios sutiles». Acaso por ello regresa con frecuencia, «sumando puntos para obtener el carnet definitivo de asturiana». Si la melancolía suele ser el sentimiento que le queda al despedirse, en esta ocasión optó por otro registro: «Hoy es el ayer de ese mañana que espero», concluyó.
Cerró el acto el presidente de la Junta del Principado de Asturias, Pedro Sanjurjo, quien alentó a los políticos a «escuchar más y hablar menos». El colofón llegó en las voces del Coro Peña Rebollera.
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