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Philippe Jaurossky, ayer, en el Auditorio Príncipe, arropado por el Ensemble Artaserse. ÁLEX PIÑA

Apoteosis con Philippe Jaroussky, una voz imposible e increíble en Oviedo

El contratenor del momento triunfó en un Auditorio abarrotado con su versión de la música de Cavalli acompañado por su Ensemble Artaserse

RAMÓN AVELLO

OVIEDO.

Lunes, 8 de abril 2019, 01:29

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La voz de contratenor es una voz artificial, que se basa en el empleo del falsete para conseguir que la voz de un varón recuerde a la de un niño o una mujer. Lo increíble de algunos contratenores es que consiguen que su voz sea propiamente de cabeza y que se proyecte sin impostación y de una forma natural. La voz del contratenor francés Philippe Jaroussky, un cantante que, curiosamente, habla con un tono ligeramente abaritonado -se comprobó cuando se dirigió al público-, en contraste con la emisión blanca con la que canta, es una de estas voces aparentemente más de cabeza que de falsete.

Se proyecta con naturalidad, fuerza y claridad en el color. Y también con una riqueza de matices y de colores excepcionales. Ayer, en un Auditorio Príncipe abarrotado y entregado al cantante, escuchamos una voz demoniaca y angelical, arropada por el Ensemble Artaserse, grupo barroco fundado en 2002 por Jaroussky junto a otros amigos del contratenor.

'Ombra mai fu', la sombra nunca fue, es un aria de 'Xerse'. Aunque normalmente se asocia esta ópera y este aria a Haendel -es el famoso 'Largo' de Haendel-, otros compositores utilizaron este tema antes que el ilustre sajón. Entre ellos, Francesco Cavalli (1602- 1676), compositor veneciano discípulo y sucesor de Monteverdi y autor representativo del barroco medio italiano.

Bajo el título de 'Ombra mai fu', Jaroussky nos invita en su recital a un viaje por la música operística de Cavalli, una obra de variados contrastes y que en veinte años de creación va abriendo los caminos del futuro belcantismo. La música de Cavalli, en la voz de Jaroussky, sorprende por su variedad y sus contrastes, que van desde el humor despreocupado a la melancolía, desde la ligereza con gracia al hondo lamento.

El recital se organizó como un todo continuo entre las sinfonías introductorias instrumentales y las partes vocales. Sin pausa y dividiendo cada parte en tres o cuatro grupos de un carácter similar.

El Ensemble Artaserse, 'alter ego' instrumental de Jaroussky, es un grupo formado por doce instrumentistas que hacen un barroco excepcionalmente rítmico, muy vivo, perfectamente empastado incluso con instrumentos como las cornetas acoplados entre sí y acoplados con la voz. Artaserse y Jaroussky son una unidad musical.

El viaje a la Venecia del XVII posee una infinidad de puntos diversos, de afectos que van desde la expresión dramática ligeramente melancólica -por ejemplo, en el 'Lamento de Ciro'- hasta un carácter festivo, popular, con canciones estróficas de una gran modernidad. Por ejemplo, 'Delizie contenti', del aria de Hasón. También está el Jaroussky furioso, con una coloratura brillante, manifestado, sobre todo, en el aria final de Brimonte.

Un recital muy aplaudido, lo que obligó al contratenor a dos propinas que, de alguna manera, sintetizaban esa variedad de contrastes de Cavalli. La primera, una propina dulce, casi pastoral. Y la segunda, intensamente dramática.

Jaroussky es el último de los grandes cantantes barrocos que nos han visitado esta temporada. Un concierto que complementa el que nos ofreció en el mes de febrero Julia Lezhneva o los más recientes de Sandrine Piau y Patricia Petibon. El broche dorado a todas estas voces barrocas.

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