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Eunae Lee, ayer en el Jovellanos. JOAQUÍN PAÑEDA
El arte del buen fraseo de una joven pianista

El arte del buen fraseo de una joven pianista

Eunae Lee ofreció en el Jovellanos un complejo recital con obras de Debussy, Beethoven, Mozart y Liszt

RAMÓN AVELLO

GIJÓN.

Miércoles, 22 de agosto 2018, 00:18

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La pianista coreano-americana Eunae Lee ofreció ayer en el Teatro Jovellanos un complejo recital, enmarcado en el XIX Festival Internacional de Piano de Gijón 'Jesús González Alonso'.

Entre el público se encontraban numerosos alumnos de los cursos del festival internacional, con un patio de butacas que rondaba en torno al 70% de ocupación para escuchar a esta joven intérprete.

Como buena parte de los pianistas orientales, Eunae Lee posee una técnica muy depurada, mucha limpieza, un fraseo muy claro. Sin embargo, le faltan empuje dinámico, tensión y un poco de arrebato comunicativo.

Todo esto lo percibió el público asturiano a través de obras de Debussy, Beethoven, Mozart y Liszt. Un programa variado y en el que hay que destacar especialmente ese arte del buen frasear de la pianista coreana.

Comenzó el concierto con el 'Estudio Nº 11 para los arpegios compuestos' de Debussy, tocado con limpieza y agilidad.

Mayor color y vitalidad tuvo la obra 'La isla feliz', también de Debussy, evocación del cuadro de Watteau 'El embarque para Citerea'. Muy bien entresacados los planos sonoros, a los que dio ese aire de alegría y vitalidad propio de la obra.

Continuó después el recital de Lee con la 'Sonata Nº 31 en La Bemol Mayor' de Beethoven, bien estructurada, pero poco acertada en los ritmos y en los contrastes. Lo mejor, el arioso exquisitamente cantado con nostalgia y emoción.

En la segunda parte, Eunae Lee tocó la 'Sonata en Re Mayor Kv 576', una de las últimas de las sonatas para piano de Mozart. Le dio un carácter muy contrapuntístico y delicadamente lírico, siempre interpretando con claridad y precisión.

Terminó el recital con dos obras de Liszt. La primera, el 'Soneto 104 de Petrarca', extraída de los años de peregrinación, una elegía amorosa donde se alternan los momentos de entusiasmo y los más lánguidos. Como su letra dice: «No encuentro la paz / y no he de hacer la guerra», moviéndose toda la obra en ese carácter lánguido y sereno característico del soneto. Y terminó con una pieza virtuosística tocada con mucha agilidad y precisión: la 'Rapsodia húngara, Nº 12', también de Liszt.

El concierto estuvo presentado por Amy E. Gustafson, directora ejecutiva del festival, que anunció los próximos actos. El más próximo, hoy mismo, con el homenaje al pianista Jesús González Alonso. Será a los 20.30 horas en el Teatro Jovellanos.

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