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Jorge Martínez, combatiendo los rigores del verano, ayer, en Oviedo. MARIO ROJAS
«Bosé es una persona decorativa. Luciría bien disecado sobre la tele»

«Bosé es una persona decorativa. Luciría bien disecado sobre la tele»

Jorge Martínez (Ilegales). Actúa este 28 de agosto en El Bibio

AZAHARA VILLACORTA

OVIEDO.

Jueves, 27 de agosto 2020

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Viene un fan entrado en años pidiéndole que arroje luz sobre una adolescencia difícil: «Quería que hablases con el mi guaje». Y Jorge Martínez, Jorjón, Jorge Ilegales (Avilés, 1955) le dice que «luego, por favor», mientras se esfuerza por poner una pose para el fotógrafo «en la que no parezca un babayu». El más provocador de los rockeros, que este viernes, 28 de agosto, aterriza con su banda en El Bibio dentro del festival Metrópoli City, el azote de la oficialidad, es un 'destroyer' y, a la vez, un esteta, un caballero con mascarilla quirúrgica. «Los humanos somos muy incongruentes. Las incongruencias son una constante. De hecho, somos una casualidad en el Universo. Probablemente, el Universo al completo sea una casualidad».

-Regresa a los escenarios con un concierto en el que el público estará sentado y a distancia. ¿Vivimos en una distopía?

-Sí. Será un concierto ciencia-ficción que se va a parecer mucho a una pesadilla de serie B, pero hay que afrontarlo. La verdad es que es excitante aunque vaya a estar mutilado, porque faltará esa cercanía, esa celebración casi tribal que hay a veces en el rock, pero a los que quieren disfrutar de la música con tranquilidad y vivir con precisión cada matiz les brindará una oportunidad única, porque esta pandemia no va a durar para siempre. O eso espero.

-Como buen «conspiranoico», al principio no se creía nada.

-Hombre, hay momentos de duda. Yo no soy un epidemiólogo ni un médico ni un virólogo ni nada, así que no tengo conocimientos suficientes, pero ahora me ciño a las cosas que veo en la calle y en los medios de comunicación.

-¿Y qué ve?

-Veo que esto hay que tomárselo en serio porque los resultados son devastadores y se están produciendo un montón de muertes. Sobre todo, entre personas de edad avanzada, pero también tengo conocidos que han quedado tocados ya de por vida por el virus. Gente mucho más joven que yo a la que le han quedado los pulmones como correas. Por eso guardo las distancias y voy con precaución.

-¿Se fía de Fernando Simón?

-No me fío de nadie, pero no quiero coger esta cosa. He visto sus efectos. Acabas con los pulmones llenos de una cosa que es como yogur. A un amigo mío se lo extrajeron y no creo que sea divertido. Las fotos acojonan.

-Pues Miguel Bosé todavía sigue sin verlo claro.

-Miguel Bosé es una persona puramente decorativa como artista, como ser humano, como científico y como todo. Yo creo que luciría perfectamente disecado encima de cualquier televisor.

-¿Influye que, con 65 tacos, se encuadra en un grupo de riesgo?

-Influye eso y que no soy solo yo. Estoy jugando con la vida de los demás. Jugar con mi vida he jugado siempre. Ahora, jugar con la vida de los demás me parece una bajeza imperdonable para un Ilegal en el que siempre ha imperado el espíritu caballeresco.

-Con los garitos cerrados, ¿se ha quitado de los excesos?

-No. Solo momentáneamente. Pero me modero dentro de lo posible. Intento no desbocarme. Si antes podía tirarme tres días seguidos sin dormir, ahora no paso de las treinta horas. Las drogas también me gustan menos. Será que, una vez las has probado, pierden la novedad. Le estoy perdiendo el gusto incluso al alcohol.

-Pues solo nos quedaría el sexo.

-También está sobrevalorado, aunque hubo una época en la que éramos una banda de monos en celo y ligar nunca se me ha dado mal a pesar de mi careto. Mi atrevimiento siempre ha suplido con creces mi total falta de belleza.

-Pero nunca se ha casado ni ha tenido hijos...

-No. Mi vida no es como para jugar a las casitas. No sería soportable para ninguna compañera. Tener éxito en la vida solo consiste en aprovechar los buenos momentos y soportar los malos con la mayor entereza.

-Confiese: ¿no se sintió solo durante el confinamiento?

-Me siento demasiado acompañado. Yo ya era asocial en párvulos y en el instituto. La soledad es un capital casi inalcanzable.

-¿Qué sociedad espera que surja de la nueva normalidad?, ¿saldremos mejores de esta?

-No. No vamos a ser mucho mejores, pero, al menos, durante un tiempo, la gente se lavará las manos. Porque muchos no se habían lavado bien las manos en su vida, aunque, desgraciadamente, todavía se ven muchas uñas de luto.

-Un colega suyo que la ha liado parda últimamente es Loquillo, cargando contra un vigilante por desconcentrarle.

-A veces los seguratas se exceden. Adquieren un protagonismo que te desconcentra. ¿A que no se les ocurre pasar por delante del escenario cuando está actuando una sinfónica? Yo tengo un amigo que llegó borracho a una ópera y se puso a roncar en primera fila. Pues bien: pararon la ópera, pero a los rockeros se nos considera de segunda, se cree que en nuestros conciertos se puede hacer de todo. Y no. Yo me he llegado a enfadar mucho. Que te desconcentren en medio de un concierto cuando lo estás dando todo jode.

-¿Más o menos que ver los festivales colonizados por indies, 'rosaliers' y reguetoneros?

-El rock and roll siempre ha coexistido con otros estilos, muchos de ellos repugnantes, y ha sobrevivido. Y yo soy el rock and roll sobre dos patas.

-Uno de sus singles se titula 'Te prefiero lejos'. ¿A quién no se acercaría ni con mascarilla?

-Al señor Trump, a Bolsonaro, a Boris Johnson, a Al Assad. Los psicópatas tienen una gran habilidad para ocupar puestos relevantes desde siempre: ya ocurría con Nerón, con Calígula... Esta gente enseguida se posiciona en puestos de poder. Hay mucha gente desagradable de la extrema derecha, de la extrema izquierda y del centro. La gente desagradable carece de color político y el número de individuos perjudiciales es alto.

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