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Vanessa Cera y John Heath interpretan 'Là ci darem la mano', de la ópera Don Giovanni, junto a la orquesta. PALOMA UCHA

Brindis con postres de zarzuela y sidra

El director gijonés Mariano Rivas guió un aplaudido recital impregnado de lírica nacional La Orquesta Filarmónica de España repitió en el teatro Jovellanos para dar la bienvenida al año

PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Jueves, 2 de enero 2020, 00:18

La Orquesta Filarmónica de España y el director gijonés Mariano Rivas volvieron ayer a protagonizar el Concierto de Año Nuevo en el Teatro Jovellanos, como ya habían hecho para recibir al 2019. Y si entonces dejaron un grato sabor de boca con un programa impregnado de música española, en esta ocasión repetirían éxito con un recital dedicado en su primera parte a piezas de Mozart y Haydn para continuar luego apostando por una movida selección de polkas, valses y zarzuela en la que no faltaron los clásicos en estas fechas de la familia Strauss ni el guiño a la tierra. Las voces de las sopranos Vanessa Cera, Alicia Sánchez y Mercedes del Barco, además del barítono John Heath, se sumaron a la formación orquestal madrileña en la tradicional cita melómana para acoger al año entrante con un espíritu acorde al que merecía además el estreno de década. Y el público cumplió llenando el teatro.

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Director y músicos salieron a escena vestidos de época, peluca incluida. Para ir abriendo boca y elevando los corazones, comenzaron con el célebre primer movimiento de la sinfonía n. 40 en sol menor de Mozart y en el pasaje todo el buen hacer de la Filarmónica de España bajo la batuta de un director que como Rivas participa de las mismas inquietudes cultivadas por la formación madrileña desde su fundación en 2013. Igual compenetración se pondría de manifiesto con los cantantes Vanessa Cera y John Heath en la siguiente pieza, el dúo 'Là ci darem la mano' de la ópera Don Giovanni, excelente segundo plato para iniciar año y década con buen pie. Serviría para crear el ambiente adecuado con el que dejarse llevar por el hechizo del 'Aria de la Reina de la Noche' de La Flauta Mágica en una actuación de Alicia Sánchez y Mercedes del Barco, brillante y jocosa, a la que siguió Heath con la 'Canzonetta' de Don Giovanni.

Nuevo bocado de humor para el alma con la obra elegida de Joseph Haydn, el 'Finale' de su sinfonía n. 45 y oportuna y vibrante despedida de la primera parte con la 'Marcha Alla Turca' de la sinfonía n.11 de Mozart.

Tras el descanso, la fiesta quedaba en manos de los Strauss. La obertura, el vals y la polka de El Murciélago de Johann Strauss, arrojaron sobre el coliseo gijonés todo su arsenal de serpentinas. El confeti llegaría menudeado con todo su color en el 'Pizzicato Polka' de Johan y Josef Strauss. Y el salón de baile se llenaría con todo el buen rollo de 'Quadrille Carmen' de Eduard Strauss y la 'Marcha egipcia' de su hermano Johann.

Para cerrar el concierto, la propuesta elegida por el maestro Rivas fue un divertido paseo por la zarzuela y por casa con el 'Intermedio' de La Boda de Luis Alfonso de Gerónimo Giménez, brindis espumoso del país en la 'Romanza a la sidra' del Xuanón de Moreno Torroba, con un bien entonado Heath, para rematar con Vanessa Cera en 'Campanines de mi aldea' de Falo Moro-versión Lauret y Pixán- y el 'Preludio' de La Revoltosa de Chapí. La guinda final la pusieron los bises, con la interpretación de 'Danubio azul' y, cómo no, la 'Marcha Radetzky'.

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