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PABLO A. MARÍN ESTRADA
GIJÓN.
Viernes, 19 de enero 2018, 00:38
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Dos de las voces más populares de la música asturiana, la de Chus Pedro Suárez y la de Pipo Prendes, compartieron ayer sus muchas tablas sobre las del escenario del Teatro Jovellanos en un concierto que unía sus respectivas raíces vitales y musicales. 'Cantares de la mina y de la mar' fue la puesta en común de esos dos mundos a través de una veintena larga de temas, en la que no faltaron algunos clásicos del repertorio de los dos veteranos intérpretes. Un encuentro de amigos y rodeados de los músicos que les acompañan desde hace años que logró despertar la emoción y la complicidad del público como en la velada de uno de esos chigres en los que rodaron muchas de esas canciones con sabor a salitre y a polvo de carbón.
La fiesta estaba servida desde el primer momento con el arranque del candasín y el entreguín a los sones de 'Marinero quiero madre', una hermosa tonada de raíz tradicional que popularizara en su día Víctor Manuel. Salieron juntos y juntos siguieron con un tema que invitaba a la reflexión, incluso en tiempo de folixa: 'Todo cambia'. Se les veía cómodos, distendidos, moviéndose cada uno en su terreno y celebrando luego el espacio comunal al que les llevaba la canción, como sucedería en el resto de los temas que interpretarían a dúo. Además de la amistad y la veteranía, a Pipo y a Chus les marca sobre todo el carisma con el que actúan ante la gente y que ésta siempre les ha reconocido. Y es que los espectadores fueron ayer también una parte esencial del 'coriquín' minero y marinero que hizo vibrar el Jovellanos.
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