«Declarar la felicidad ni es cursi ni nos convierte en Mr. Wonderful»

–Llega a Gijón justo un día después de sacar nuevo disco, ¿el público va a poder escuchar las nuevas canciones?

–Sí, de hecho, lo divertido es que va a ser el primer concierto que haga con el disco en la calle. Es una de esas casualidades que siempre hacen ilusión porque va a ser un concierto con algo muy nuevo. Va a ser el primero en el que toquemos las nuevas canciones y eso es muy emocionante y tiene también un factor de riesgo alto para nosotros, lo cual hace que me resulte divertido.

–¿Qué podemos esperar de este disco?

–Se llama 'Realismo mágico' y algunas canciones han salido ya porque las he ido sacando como adelantos. Es un disco bastante emocionante porque todos los temas profundizan mucho en la parte emocional, aunque es un álbum bastante festivalero como los discos que suelo hacer. Quizá este tenga una carga emocional más importante que otros.

–¿Cómo vive estos días previos al lanzamiento? ¿Siente nervios, algo de miedo o de vértigo?

–Son un poco tensos porque tenerlo todo cerrado, cerrado, a veces es imposible. Me encuentro con que no está todo en mis manos, por ejemplo, puede haber una colaboración, en la que la otra persona no esté conforme con el sonido y haya que cambiar algo. Siempre hay algunos flecos sueltos y, ahora mismo, hay alguna cosa que se está encallando y me está teniendo un poco tenso, a pesar de estar de vacaciones.

–En estos últimos años sacó unos cuantos sencillos, pero llevaba cuatro años sin sacar disco, ¿a qué se debe esta espera tan larga?

–Creo que un disco tarda lo que tenga que tardar y desde 2020 hemos vivido muchos procesos. Yo saqué el disco justo en pandemia y luego fueron pasando cosas que nos hicieron volver a la vida y volver a tener ciertas emociones, que me empujaron a descartar canciones que estaban más ligadas a aquel momento de la pandemia. Luego, con la vuelta a la vida, llegaron otras que yo sentía que encajaban mejor entre ellas y que hablaban de temas que tienen que ver más con la persona que soy yo en estos momentos.

–Sus canciones suelen transmitir muy buen rollo, son muy festivaleras, ¿cómo lleva lo de salir al escenario a montar una fiesta cuando está teniendo un mal día?

–Es que tampoco tengo tantos malos días, soy una persona bastante positiva. Obviamente, sí que he tenido alguna vez un mal día por equis cosas que han podido pasarme, pero el momento del concierto y de subir al escenario tiene una liturgia diferente. Entro en una especie de burbuja emocional que me salva, es un lugar seguro, es un lugar bonito y así no se hace tan difícil el escenario.

–Con 'Feliz, feliz', uno de los adelantos de su disco, ¿quería hacer una reivindicación de la felicidad? ¿Hace falta ahora que parece que la gente es menos feliz?

–Sí, no tenemos que pensar que es algo cursi, declarar la felicidad no nos convierte en Mr. Wonderful. Evidentemente, no siempre seremos felices, pero cuando lo somos, está bien decirlo y explicarlo.

–Habla de la felicidad y de otras muchas emociones, ¿de dónde viene la inspiración para sus canciones?

–La inspiración no tengo detectado de dónde viene. Supongo que es un actitud el hecho de estar abierto a entender y a escuchar lo que siento y, una vez que escucho y lo interpreto, agarro esa forma de pensar a través de la creatividad.

–¿Qué objetivos se marca para el futuro?

–Tengo sueños personales más que a nivel musical. A nivel musical, todo lo que ha venido no es porque lo haya soñado, sino porque de pronto ha venido y lo he disfrutado. Han venido cosas que ni siquiera había soñado y las he disfrutado mucho. No me gusta marcarme sueños y querer conseguir algo. Tengo sueños a nivel personal, tengo ilusión por vivir ciertas cosas en la vida, pero no tienen que ver con los logros musicales.