Enrico Barbaro y Asier Etxeandia son Mastodonte y hoy están en la Laboral. E. C.
Asier Etxeandia Músico de Mastodonte

«Nosotros ya tenemos una edad, no queremos pegar un petardazo de fama»

El grupo da un concierto hoy en la Laboral y promete que lo suyo no es un directo más, sino que es un espectáculo que deja ver su esencia

Ana Ranera

Gijón

Domingo, 10 de noviembre 2024, 01:00

A Asier Etxeandia (Bilbao, 1975) la fama le viene por su faceta de actor, pero a este artista sus inquietudes lo llevan a otros ... muchos lugares como la música. Junto a Enrico Barbaro, forma Mastodonte, un grupo que huye de las etiquetas y que crea, sobre el escenario, experiencias sensoriales. Hoy, a las 19.30 horas, dan un concierto en la Laboral y, según promete, hay que verlos para creer en ellos.

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–Dicen que el suyo no es un directo más, ¿por qué? ¿Cómo hacen sus conciertos para que sean tan diferentes?

–Es un poco difícil de explicar lo que hacemos hasta que no lo ves, de hecho, cuando la gente por fin nos ve, nos dice que por fin lo entiende (risas). Este concierto va a estar basado en nuestro segundo disco, en el que lo más importante es el sonido y el mensaje, pero nosotros también intentamos utilizar todas las herramientas del teatro para poder transmitir la idea del espectáculo y poder hacer un ritual único, que es el motivo por el que existe Mastodonte. Escuchar las canciones es una guía para ver los mensajes encriptados que descubres después. Creo que en los directos se forma un ritual, que es un fiestón y es una celebración de la vida. Sonamos de la hostia, somos una banda acojonante y tenemos una energía en directo brutal. Llevamos coristas y yo me pongo en primera fila para poder transmitirlo todo.

–¿Y cómo preparan un espectáculo de tales características?

–Con mucha dificultad y ponernos de acuerdo es difícil. Yo trabajo en las canciones con Enrico. Nos encerramos a componer y después de estos años tan convulsos, en los que estuvimos hechos una mierda, ha salido el álbum que ha salido, que es casi de autoayuda y que conecta con lo esencial de la vida. Después de encerrarnos y de hacer el disco, yo empiezo a diseñar el espectáculo. Hago de director escénico, empiezo a escribir y empiezo a juntarme con la gente con la que quiero diseñar este espectáculo. Me pongo a ensayar y, cuando ya lo tenemos todo, lo ponemos en común en la primera salita que podamos o en un teatro porque nosotros tampoco tenemos dinero. Funcionamos con el apoyo de mucha gente, así que es todo muy casero, muy de quedadas en casas y de que la gente no entienda nada, pero ¿qué somos artistas o cucarachas? (Risas).

–Usted que es actor, ¿no puede evitar darle mucha importancia al espectáculo en sí?

–Es inevitable. Todos ponemos sobre la mesa lo que nos divierte hacer. Somos muy generosos y, si hacemos algo, lo hacemos con todo. Yo no puedo cantar sin haberme preparado un espectáculo, no soy Silvio Rodríguez.

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–A ustedes no les gusta que los etiqueten, ¿el arte no se debe etiquetar?

–No, es que tenemos mucha necesidad de etiquetarlo todo y eso es para sentirnos medio idiotas sin habernos sumergido en el mundo del artista. ¿Cómo vas a etiquetar a David Bowie? ¿Cómo etiquetas a la gran mayoría de los artistas?

–¿Y no cree que esa falta de etiquetas a veces puede ir en su contra?

–No es mi problema, yo intento ser honesto conmigo mismo y Enrico Barbaro, también porque es un músico descomunal. Nosotros no seguimos ninguna estrategia ni tenemos ninguna discográfica detrás, pero es que ya tenemos una edad, no queremos pegar un petardazo de fama. Queremos vivir de lo que hacemos, transmitir y conmover. Si eres de madera y no te conmovemos, te respetamos y ya está.

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–¿Cómo llevan eso de no tener detrás un sello discográfico? ¿Dificulta el camino todavía más?

–Es una putada, la verdad. Moverse en el mundo musical en este país sin una logística potente conlleva mucha comedura de tarro. Las discográficas no nos han entendido porque ellas se miden por lo que funciona en cada momento. Ahora quieren coger a los que hacen música urbana y trap y eso tiene su parte buena porque nos vine de puta madre a nosotros porque nadie nos va a decir lo que tenemos que hacer.

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