Los unos por los otros
Forma Antiqva abrirá el 28 Festival de Música Antigua de Gijón el 1 de julio con 'De sópitu'
Ramón Avello
Viernes, 27 de junio 2025, 09:23
Confluyen muchas vertientes en Forma Antiqva, el conjunto de cámara liderado por Aarón Zapico. Esta variedad, insólita en un grupo barroco, se recoge en una ... amplia discografía, que va de Vivaldi o Haendel, a la recuperación de músicos españoles del XVIII, pasando por la grabación y difusión de la música de destacados maestros de capilla de la Catedral de Oviedo. Esa multiplicidad está unida por una sonoridad germinal que se puede llamar 'sonido Zapico', caracterizado por la libertad en los tiempos, la riqueza en la realización del bajo continuo, realizados por Daniel, Pablo y Aarón Zapico, y una abertura tanto a otros estilos como instrumentos y voces
'De sópitu', de sopetón o súbitamente, título del nuevo CD, sugiere la idea de espontaneidad e improvisación. Sin embargo, más que el 'sópitu' este CD se define por 'el sofitu', es decir el apoyo y la interrelación de diversas músicas. Términos como mestizaje o hibridación ayudan a definir las cualidades de un disco en los que, dentro de la diversidad, se subraya la identidad de raíz de músicas diferentes. Para ello, los hermanos Zapico cuentan en el disco con la estimable colaboración del tenor cordobés Pablo García-López, la violonchelista Ruth Verona, el flautista Alejandro Villar y el percusionista Pere Olive.
En 'De sópitu', primer disco de la casa Zapico records, se fusionan las músicas de los guitarristas españoles del XVIII Santiago de Murcia y Gaspar Sanz, con danzas populares de Asturias, Cantabria y Galicia; canciones tradicionales escocesas e irlandesas con tonadas españolas. Pasamos de la popular muñeira de Chantada, interpretada la primera sección a ritmo de vals y en un tiempo lento subrayado por la melodía del violonchelo, al canto del trovador medieval Martín Codax, o una melancólica versión de 'Santa Bárbara bendita'. En total veintitrés piezas con un tratamiento muy peculiar, que aúnan la música de tradición culta con la tradición popular.
La tonada 'Que me oscurece, hay de mi que me oscurece', interpretada en el disco, sintetiza en sí misma esa idea de fusión de la que bebe 'De sópitu'. Torner abre su 'Cancionero' con esta tonada, a la que califica como «de mayor antigüedad», tanto por su carácter modal como por la libertad rítmica, anterior a la idea de compás. Pero esta melodía 'Que me oscurece' está recogida en una nuba arábigo andaluza y en un organum medieval de Perotín, maestro de capilla de Notre Dame en el siglo XIII. La canción, con una letra genial que aúna el sentimiento con la naturaleza, también inspiró a Julián Orbón, el compositor asturiano del que este año se cumple el centenario de su nacimiento, el segundo de sus 'Tres preludios sinfónicos'. Volver a escuchar esta melodía en la voz de García-López, simboliza, «de sópitu», ese mundo musical sin fronteras que nos presenta Forma Antiqva.
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