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RAMÓN AVELLO
OVIEDO.
Miércoles, 27 de marzo 2019, 00:29
Partenope, la sirena que escuchó Ulises junto a su regreso hacia Ítaca; Cleopatra, la reina egipcia enamorada de Julio César; y las magas Alcina y Morgana, son las heroínas que ayer, en la sala de cámara del Auditorio Príncipe Felipe escuchamos en la voz de la soprano francesa Sandrine Piau, acompañada por el conjunto barroco Les Paladins. El concierto se enmarca dentro de la VI Primavera Barroca de Oviedo, organizada por el Centro Nacional de Difusión Musical y la Fundación Musical de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo.
El recital se centró en arias de estas óperas inglesas de Haendel, 'Partenope', 'Giulio Cesare' y 'Alcina', intercaladas por páginas instrumentales del mismo compositor. El barroco de Les Paladins es un tanto percutivo, algo ácido, muy rítmico. con volúmenes muy cuidados y con algo muy positivo, que es que la tiorba y la guitarra barroca no están veladas en el continuo, sino que se escucha el sonido punteado. Como acompañante, Jérôme Correas es perfecto. Da vuelo a la voz solista y mantiene siempre un tempo muy adecuado y cómodo.
Sandrine Piau es una soprano de un refinamiento y dramatismo sublime. La densidad trágica de arias como la de Cleopatra, 'Piangerò la sorte mia', y Alcina, 'Ah! Mio cor', fue lo más emotivo de su actuación. Sandrine tiene una tesitura muy homogénea, una coloratura densa y, lo más importante, sabe comunicar con elegancia la emoción de lo que canta. Tras los intensos aplausos de una sala de cámara con las localidades agotadas interpretaron dos arias, una de bravura muy furiosa de 'Alcina' y, como la relajación total, el famoso 'Lascia chio piangie', de 'Rinaldo'. Toda una inyección de Haendel en vena.
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