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Romper prejuicios a ritmo de soul

Romper prejuicios a ritmo de soul

El artista y su conjunto, que reparten felicidad en su directo, ofrecieron un cierre espectacular al certamen gijonés, cada vez más consolidado | El músico neoyorquino Joshua Nelson y su coro pusieron el broche de oro al festival de góspel en el Jovellanos

PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Lunes, 17 de diciembre 2018, 02:00

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Joshua Nelson, neoyorquino de raíces senegalesas y religión judía, lleva a gala ser el creador del Kosher Gospel, maridaje de temas inspirados en la tradición hebrea y los sonidos de la música popular afroamericana. Con cáustico sentido del humor, él mismo se autodefine como «la peor pesadilla del Ku Klus Klan» y, probablemente, lo sea para otros puristas, por más que su estilo se nutra de los cánones del soul y los viejos espirituales. El propio artista se tiene por discípulo de Mahalia Jackson y ha colaborado con reinas como Aretha Flanklin.

Anoche, con su formación The New Yorkers Gospel y un espectáculo de título también a medias entre la ortodoxia y la irreverencia, 'El Evangelio según Joshua', el cantante y pianista de Brooklyn ofreció toda una lección de cómo superar cualquier prejuicio a base de abrir los oídos y los corazones a una expresión musical de poderosa autenticidad en el Teatro Jovellanos.

Resultó del todo sorprendente y gozosa la juerga que Nelson y su coro compartieron con el público asturiano en el coliseo gijonés: canto a capella, baile, comedia... Todo remitía a los orígenes de esta música: la fiesta de los esclavos. Insólitas y bellas sonaron 'Silent night', 'What a wonderful world' y otras joyas renovadas por él.

Sonaron también temas como 'Jesus is the light', 'Come on children let's sing' o las clásicas 'When de saints go marching in' y 'Oh happy day', todas como seguramente el respetable no las había escuchado nunca.

El teatro estuvo punto de hundirse por el entusiasmo de la parroquia, un derroche que hizo que el público no pidiera un bis, sino tres.

Una extraordinaria despedida para el festival de góspel gijonés, cada vez más consolidado, con un gran artista y su solvente conjunto, que reparten felicidad en su directo, recordándonos además que el mundo es una suma de identidades, para disgusto de los seguidores del KKK.

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