Suecia triunfa en Eurovisión y España queda décimo séptima

España esta noche volvió a las andadas en Eurovisión. Después del 'chanelazo' del año pasado, –un espejismo–, otra vez nuestro país cayó en picado a la parte baja de la tabla y hubo que conformarse con un muy humilde décimo séptimo puesto. Y eso que la actuación de Blanca Paloma caló entre el jurado, que le dio muchos votos, pero fue un auténtico desastre en el voto del público, del que solo recibió cinco puntos más, lo que la llevó a acumular únicamente cien.

Toda una decepción para los españoles, que veían un año más que no hay manera de lograr el micrófono de cristal. Y eso que hay otros para los que conseguirlo es fácil como para Loreen, quien, con su 'Tattoo', alcanzó la primera posición. Era su segunda vez en la cumbre eurovisiva, pues ya en 2012, con 'Euphoria', había logrado la victoria y, en esta ocasión, la celebró acompañada en el podio por Finlandia e Israel.

Está claro que esta artista sabe de hacer éxitos como quedó demostrado en una noche en la que pasó de todo porque nuestros vecinos franceses la liaron. Su representante, La Zarra, era una de las candidatas favoritas para ganar, pero recibieron muy pocos votos del público y no se lo tomaron nada bien. Tanto fue así que, ni corta ni perezosa, la cantante hizo una peineta a cámara.

Esa es solo una anécdota que no tiene comparación con la verdadera desgracia de la noche. Rusia atacó la ciudad ucraniana de Ternópil, de donde procedían los representantes ucranianos, durante la emisión de la gala. El grupo Tvorchi aseguró en sus redes sociales que su localidad había sido bombardeada «mientras cantábamos en el escenario de Eurovisión sobre nuestros corazones de hierro, nuestra indomabilidad y sobre nuestra voluntad».

Esta gala pasará a la historia por ese hecho, que empaña la fiesta que es Eurovisión, en la que nuestro continente quiso demostrar que estaban todos los países «unidos por la música», contra la barbarie.

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