La tragedia del bufón maldecido
Regresa al Campoamor 'Rigoletto', cuarto título de la Temporada de Ópera de Oviedo, que se representará los días 12, 14, 17, 19 y 20 de diciembre
En la obra de Giuseppe Verdi (1813- 1901) 'Rigoletto' ocupa un papel central. Primera ópera de la llamada trilogía popular –'Rigoletto', 'Il Trovatore' y 'La ... Traviata'–, inaugura el periodo medio del compositor en el que su patriotismo juvenil se atempera cuando no desaparece. En esta etapa, los arquetipos heroicos se sustituyen por personajes de carne y hueso, dotados de las más variadas pasiones. Así, en 'Rigoletto', Verdi desarrolla, con una vitalidad nunca conseguida en la ópera, una concepción dramática abierta, que rompe las costuras del belcantismo basada en escenas cerradas con recitativo, cavatina o aria lenta y cabaletta como final animado. Pero la fama de 'Rigoletto' no le viene por su concepción teatral, sino por una música sorprendentemente variada. Concertantes dramáticos y arias brillantes, expresivas, complejas y pegadizas. 'La donna è mobile', la página más famosa de la ópera, 'Caro nome', 'Questa o cuella' o ese Everest para un barítono que pasa de lo furioso a lo suplicante como es 'Cortigiani, vil razza dannata', son páginas cimeras en la historia de la ópera.
Para su estreno en el teatro La Fenice de Venecia, en 1851, 'Rigoletto' tuvo que salvar en su época no solamente los escollos de la censura, sino también el desconcierto que a los espectadores les producía un jorobado, un hombre ridículo e inadaptado, como protagonista de la ópera. Pese a ello, se ha impuesto como una de las óperas preferidas de todos los tiempos.
Tras 'La Traviata', es el melodrama de Verdi más representado en el mundo, y esto se percibe en el microcosmo operístico ovetense. El ilustre jorobado llegó al Campoamor ya en 1894. En las temporadas de Oviedo, está por número de representaciones en el cuadro de honor, detrás de 'La Bohème', 'Tosca', 'La Traviata' y 'Lucia de Lammermoor'. Intérpretes como Carlo Tagliabue, Piero Capuccilli, Carlos Álvarez o los tenores Alfredo Kraus y Josep Bros cantaron 'Rigoletto' en el Campoamor. La última vez que se representó en Oviedo fue en 2017, protagonizada por Celso Albelo, Juan Jesús Rodríguez y Jessica Pratt.
El próximo viernes 12, y los días 14, 17, 19 –función fuera de abono– y 20 de diciembre regresa 'Rigoletto' al coliseo ovetense en una nueva producción de la Ópera de Oviedo. Contará con la dirección musical de Óliver Díaz al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) y las voces masculinas del Coro Titular de la Ópera de Oviedo (Coro Intermezzo), y la dirección escénica de Susana Gómez. Estará interpretada por Celso Albelo (duque de Mantua), Ernesto Petti (Rigoletto), Alexandra Nowakowski (Gilda), Roberto Scandiuzzi (Sparafucile), Sandra Ferrández (Magdalena), Gianfranco Montresor (Monterone), Gabriel Alonso (Marullo), Francisco Cruz (Matteo Borsa), Ángel Simón (conde de Ceprano), Nerea González, (condesa de Ceprano) y Teresa Rodríguez García de Albéniz (paje). En la función Viernes Ópera del día 19, los protagonistas serán Juan Noval-Moro (duque de Mantua), Javier Franco (Rigoletto), Ruth Terán (Gilda), Antonio Torres (Sparafucile) y María Heres (Magdalena).
'Rigoletto' se inspira en la obra de teatro de Víctor Hugo 'El rey se divierte', de 1832. Sobre este drama, trasladando la acción de París a Mantua y cambiando al rey Francisco I por un duque de Mantua, Verdi y el libretista Francesco María Piave crean un trágico melodrama, muy criticado, probablemente por celos, por Hugo.
En dos pinceladas, la ópera, ambientada en el siglo XVI, cuenta la historia de Rigoletto, bufón deforme al servicio del déspota y libertino duque de Mantua. Las burlas del bufón provocan la maldición –de hecho, inicialmente la ópera se llamaba 'La maldición'– del conde Monterone, noble humillado por el duque. Rigoletto tiene una hija secreta, Gilda, a quien cuida y educa con afecto y ternura. El rapto de Gilda por los cortesanos para entregarla al duque provocará en el jorobado las ansias de venganza. Pero en un juego fatídico, Rigoletto será cómplice involuntario de la muerte de su hija. Esta historia se condensa en tres actos de una sorprendente unidad dramático musical. Verdi se olvida de las formas cerradas del belcantismo para lograr una fluida unidad dramática.
Musicalmente, la primera novedad de 'Rigoletto' es la utilización que Verdi hace de la orquesta, que se independiza de las fórmulas simples de acompañamiento de la voz. El motivo recurrente de la maldición en el primer acto, un leitmotiv que se escucha al inicio del preludio –esta página es una síntesis de toda la ópera–, el realce de los instrumentos como la flauta en 'Caro nome' o el corno inglés en 'Cortigiani', o la autonomía de la orquesta en el 'estilo parlante' como en el dúo de Rigoletto y Sparafuccili, indican esa nueva riqueza orquestal.
Aunque en Rigoletto hay arias y pasajes vocales muy conocidos, como 'La donna e mobile' o la difícil 'Parmi veder le lagrime', la ópera se despliega fundamentalmente a través de dúos que perfilan el carácter y la pasión de cada personaje. Junto a los dúos, Verdi afianza el carácter polifónico vocal con intervenciones corales y concertantes, el más destacado, el cuarteto 'Bella figlia del' amore'.
Vocalmente, Verdi continúa especialmente en la figura del duque de Mantua, el personaje que más arias canta, la tradición belcantista del ochocientos. En contraste con este belcantismo, Verdi abandona, sobre todo en Rigoletto, el estilo ornamentado y belcantista en aras de una simplificación más expresiva y emocional. Esta vocalidad dramática se abre a grandes declamaciones, con líneas vocales complejas buscando sobre todo la expresión.
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