Nino Rota, por la avenida de la alegría y la nostalgia

Nino Rota fue un niño prodigio, excelente pianista y fecundo compositor de géneros como óperas, conciertos, oratorios, canciones y música para piano. Sin embargo, su fama está unida a las bandas sonoras que durante cincuenta años compuso para los grandes directores del siglo XX. De una manera muy singular, Federico Fellini, su alma gemela, seguido de Coppola, Visconti y Vidor, entre otros. La capacidad evocativa de la música de Rota no tiene fronteras ni etiquetas, traspasa la imagen y las ubicaciones concretas de una película para entrar con fuerza y personalidad en la sala de conciertos. Eso es lo que vimos ayer, en el animado y colorista concierto dirigido por Lucas Macías al frente de Oviedo Filarmonía, en el Auditorio Príncipe Felipe.

Antes se proyectó un breve documental con una selección de imágenes de películas y entrevistas de Nino Rota. Pequeñas secuencias de 'Romeo y Julieta', ' Fellini 8½', 'El gatopardo' y unas conversaciones con Rota en las que decía que a él le gustaría que la gente que oyera su música, durante ese tiempo pudiese ser feliz.

Presentó el concierto Pachi Poncela, quien propuso a Nino Rota como «primer compositor del siglo XX» y sostuvo que las grandes películas en las que participó estarían incompletas sin su música.

Nino Rota se ajusta también como un guante a una orquesta como Oviedo Filarmonía, flexible y muy colorista. Los momentos más aplaudidos fueron 'La pasarela del adiós', con animadísimos vientos; el romanticismo de 'El gatopardo' o la expresividad de 'La strada'. La gente aplaudió en un concierto en el que cada nota era una llamada a la alegría o a la nostalgia y que cerró por todo lo alto la Semana del Audiovisual Contemporáneo.