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El actor Alberto Rodríguez brilló en el papel principal, demostrando su calidad artística más allá del registro cómico que le ha dado enorme popularidad. FOTOS: PALOMA UCHA

Ovación para un 'Pelayo' histórico

Un abarrotado Teatro Jovellanos aplaude la obra del ilustrado gijonés con adaptación de Marga Llano | Dos siglos y medio después de su única representación, anoche volvió a salir a escena en Gijón y cosechó el entusiamo del público

PABLO A. MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Domingo, 4 de noviembre 2018, 01:30

Un estreno histórico y memorable en todos los sentidos llenó ayer el Teatro Jovellanos. La tragedia 'El Pelayo', escrita hace ahora dos siglos y medio por el ilustrado gijonés que da nombre al coliseo, volvía a representarse en la ciudad en la que fue redactada y en la que se desarrolla su acción. Desde su composición, solo se había llevado a las tablas en una función dirigida en Gijón por el propio Gaspar Melchor de Jovellanos con actores aficionados. Ocurrió en 1782. Una década después se ponía en escena en Madrid una pieza plagiada del original por Luciano Francisco Comella con el título 'Munuza'. El autor del plagio apenas retocó unos cuantos versos y cambió el nombre de Dosinda, la protagonista femenina, por el de Ormesinda.

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Hace poco más de un año la directora del Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII, Elena de Lorenzo, localizó en una librería de viejo madrileña uno de los dos manuscritos que se conservan de puño y letra de Jovellanos. El hallazgo y su estudio por la investigadora sirvieron para identificar sin ningún género de dudas la pieza escrita en 1769. Ese es el texto que ha servido de base a la adaptación de Marga Llano que anoche pudimos ver en un montaje de la compañía Escenapache producido por Divertia, en el marco de las actividades programadas por el Ayuntamiento para conmemorar el triple centenario de Covadonga. Los hechos relatados en las crónicas que llevaron a la coronación de Pelayo y a su victoria sobre los musulmanes comandados por Munuza son los que Jovellanos plasma en su tragedia, una pieza con la que el joven polígrafo busca recrear la grandeza de las tragedias griegas.

No un remedo de las tragedias clásicas ni de las dieciochescas, sino una dramaturgia contemporánea y pensada para un público actual es la que ha dirigido Llano con un sólido elenco de intérpretes encabezado por Alberto Rodríguez en el papel de Pelayo, Lois Soaxe en el de su antagonista Munuza y, repartiéndose los demás personajes principales, Manu Lobo, Pepe Mieres, Mayra Fernández y Javier Arboleya, además de un nutrido conjunto de figurantes.

Un acortamiento del texto, suprimiendo casi una hora de representación, junto a una escenografía prácticamente simbólica, enriquecida por el despliegue de audiovisuales y una interpretación acertadamente cercana al naturalismo -sin excluir la solemnidad propia de una obra de época-, rehuyendo el estilo declamatorio para el que fue concebida en su día, ponen los aliños de modernidad necesarios para hacer digerible al espectador de ahora un texto de gran belleza literaria, pero de difícil revitalización sin haber sido adaptado al lenguaje teatral de nuestro tiempo. El resultado -lo anunciaba la directora del montaje hace unos días en nuestro periódico-, algo similar a «una peli de acción medieval», un relato de acción en el que la palabra tiene un peso especial sin restar movimiento y agilidad al desarrollo de la dramaturgia.

Los tejemanejes de Munuza, gobernador musulmán del noroeste cristiano, para conseguir a la bella Dosinda, hermana de Pelayo y alejar a este con el objetivo de asegurarse el dominio total del territorio astur, son el núcleo argumental del que parte la obra de Jovellanos. Con estos mimbres teje su drama el ilustrado gijonés reivindicando la figura histórica del primer rey asturiano como modelo de nobleza y virtudes, un héroe en el que mirarse la sociedad de su tiempo. En el montaje de Escenapache los enredos del cabecilla invasor y el heroísmo del caudillo asturiano quedan inmersos en esa vorágine de «peli de acción», gracias a la cual el espectador no se pierde en una pieza que, aún abreviada, se extiende más allá de la hora y media de representación.

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En el trabajo del elenco destacan la excepcional interpretación de Lois Soaxe, en el papel de Munuza, y un Alberto Rodríguez que no le va a la zaga y demuestra su calidad artística más allá del registro cómico en el que ha alcanzado gran popularidad. Otro papel destacable es el que realiza Lucía Povedano, en el papel de Dosinda, que consigue hilvanar la acción con las dosis de autenticidad y emoción necesarias. Igualmente resaltables los trabajos de Pepe Mieres, un increíble Suero que redondea un conjunto en el que brillan Manu Lobo, Mayra Fernández y un sólido conjunto de figurantes y extras.

El público, que abarrotó el coliseo gijonés, reconoció con una prolongada ovación de varios minutos este 'Pelayo' digno de un triple centenario y de una futura proyección mucho más allá de las tablas del teatro al que da nombre a su autor.

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