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Benedict Cumberbatch, en 'The imitation game (Descifrando Enigma)'.
Benedict Cumberbatch, de héroe a superhéroe

Benedict Cumberbatch, de héroe a superhéroe

Aunque consiga el Oscar por haberse puesto en la piel de un genio de las matemáticas, ni el premio ni el papel van a condicionar su futuro, por lo que pronto podremos verle interpretando al Dr. Extraño

ANGÉLICA TANARRO

Viernes, 13 de febrero 2015, 12:47

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El nombre de Benedict Cumberbatch es nuevo en la lista de las candidaturas a los Oscars, y sin embargo, era cuestión de tiempo que este actor británico, hijo de actores y que ya había conseguido alguno de los premios significativos que han de jalonar toda carera interpretativa que se considere exitosa, llegase a tan apreciada nominación. Para muchos espectadores Cumberbatch es el rostro que pasó de interpretar al excéntrico Sherlock Holmes moderno en la serie de la BBC a ser el matemático que además de descifrar el código secreto utilizado por los nazis para sus comunicaciones durante la II Guerra Mundial puso los cimientos de la computadora. 'The imitation game (Descifrando Enigma)' es el título del filme que le lleva a la alfombra roja más deseada. Cumberbatch se hizo con el papel de Alan Turing con tal convicción que ni la crítica ni el público dudan de sus posibilidades para hacerse con la estatuilla, por más que la competencia sea dura. Por cierto, que uno de los actores que se la disputarán, Eddie Redmayne, lo hace por su papel de Stephen Hawking en 'La teoría del todo', un rol que Cumberbatch hizo para la televisión en 2004 ('Hawking') y que le valió una nominación a los premios Bafta.

Algo en el rostro anguloso de este actor, nacido cerca de Londres en 1976, y en su profunda mirada azul casa con personajes que esconden alguna tormenta interior, como el propio Turing que no pudo con la presión de una sociedad que lejos de considerarle un héroe por su contribución a la derrota de los nazis, no le perdonó su condición de homosexual.

Pero muchos otros han sido los componentes en la carrera de Cumberbatch que han precipitado en poco tiempo en esta nominación. Y, aunque la conjunción de rostro y nombre en el imaginario del público no anglosajón ha sido reciente, los creyentes en el karma verían una señal en que este actor formado en la escuela interpretativa británica se subiera a los doce años a un escenario para interpretar un papel en el presbiteriano 'Sueño de una noche de verano'.

Punto de inflexión

Pero su camino hacia la profesión no siguió una línea recta prácticamente hasta su primer papel con cierta relevancia en el cine. Fue en la producción 'Amazing Grace', puerta que le condujo a varios papeles secundarios en películas de cierto calado. El empujón definitivo vino como en tantas ocasiones últimamente de la mano de la televisión, y su recreación en las tres temporadas de la serie del carismático detective creado por Conan Doyle estuvo en la mente de directores como Peter Jackson (para la trilogía de 'El hobbit'), J. J. Abrams ('Star Trek: en la oscuridad') o Steven Spielberg que le dio un pequeño papel en 'War Horse'.

Mientras las estanterías de su casa empiezan a llenarse de premios (el más prestigioso hasta ahora el Emmy conseguido por su papel más famoso) Cumberbatch demuestra que es un profesional que no le hace ascos a nada y que aunque consiga el Oscar por haberse puesto en la piel de un genio de las matemáticas, ni el premio ni el papel van a condicionar su futuro. En 2016 le veremos interpretando a un superhéroe de la factoría Marvel, el Dr. Extraño, que le obligó empaparse de un cómic que hasta ese momento desconocía. La industria manda.

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