En torno a 500 profesionales de todo el país se unen en el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC), desde donde se mira con lupa y ... con asombro lo que está sucediendo en Laboral Centro de Arte y Creación Industrial. Su presidenta, Marta Pérez Ibáñez, confía en que se pueda desandar lo andado y el centro siga siendo el faro del arte tecnológico y digital que todavía es.
-¿Están molestos con la no renovación de los dos cargos directivos?
-Es sorprendente. Ninguna Administración está obligada a renovar un contrato, están en su derecho, pero otra cosa distinta es que se hayan modificado los estatutos y se haya desvirtuado el proyecto que había desde un inicio. Venimos siguiendo esta situación que se sufre desde hace bastantes años, desde que llegó Karin Ohlenschläger, que no podía sacar su proyecto adelante con un recorte de presupuesto con el que no contaba. Se ha ido perdiendo el interés, el cuidado y la protección a un centro que era puntero en una serie de elementos importantes en el desarrollo del arte contemporáneo. Es un espacio a nivel de los mejores laboratorios de arte y tecnología del mundo.
-¿No es este un caso aislado?
-Es un problema que viene pasando en muchos museos y centros de arte de toda España. La crisis de 2008 afectó muchísimo a un montón de museos que han sufrido recortes en sus presupuestos. Durante estos últimos doce años han tenido que sobrevivir de forma muy complicada, sacando adelante proyectos y planes que no estaban previstos con presupuestos tan cortos. Otro handicap es la precarización continua durante los últimos años. Se han externalizado servicios y los profesionales que empiezan a trabajar para esas empresas lo hacen cobrando menos dinero. Afecta a los servicios de asistencia, asesoramiento, didácticos... Y todo redunda en una deficiencia en el trabajo del museos. Ni los directores ni los patronatos pueden desarrollar su función de forma idónea. Todo esto no hace más que complicar mucho su acceso a la sociedad, que es para lo que están.
-¿Diría usted que el proyecto de Laboral no se entiende?
-No se ha entendido el valor que tiene un centro de estas características en España, Asturias y en Gijón. Si se hubiera entendido se habría protegido y se hubiera fomentado su trabajo de otra forma distinta. Eso pasa con el arte contemporáneo en general y pasa con centros como Laboral.
-¿Y cómo hacer llegar ese mensaje?
-No lo sé. Los museos tienen que tener formas de llegar a la sociedad correctas, pero esa falta de recursos lo dificulta mucho.
-¿Ha cambiado la forma de mirar la cultura tras la crisis?
-La cultura se entiende buscando una rentabilidad. Se intenta rentabilizar el trabajo de los museos en el número de visitas, cuando un centro de las características de Laboral tiene un impacto mayor que las visitas. Ese es un dato muy pequeño en comparación con lo que significa que Laboral esté posicionado como está en el panorama del estudio más contemporáneo de arte y tecnología. Es un modelo al que ha costado muchísimo llegar y debería protegerse. Suelo decir que la obligación de la Administración, de los políticos, es proteger las infraestructuras y los profesionales que trabajan, no desmantelarlas.
-¿Usted cree que se quiere desmantelar Laboral?
-No quisiera ser tan dura. Espero que se den cuenta y retrocedan. No se puede desmantelar un centro como Laboral con la importancia internacional que tiene. Espero que reflexionen y valoren qué puede aportar a Asturias.
-¿El malestar se ha traslado a todos los sectores del arte contemporáneo?
-Todo esto llega fuera, trasciende el ámbito local y autonómico. Es una lástima.
-¿Ustedes qué van a hacer?
-Todavía estamos analizando la situación. Queremos ponernos a disposición de las Administraciones para ver qué podemos aportar, intentar llegar a un acuerdo que permita corregir, mejorar esta situación, recuperar ese Patronato, recuperar los miembros profesionales e independientes... En ello estamos luchando.
-¿Pero cuál es el plan?
-Intentar hablar con las fuerzas políticas para llegar a un cierto consenso, para evitar que se tomen medidas que sean irrecuperables.
-¿Ya han contactado con la Consejería de Cultura del Principado?
-Tenemos buena relación con la consejería. Vamos a intentarlo, sí. Estos estatutos no se han consensuado con el Patronato y habrá que hablarlo con la Consejería de Cultura. La situación es un nudo y hay que deshacerlo.
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