«Volver a tener la magia en Gijón es una maravilla»

Frente al coliseo, entre los más madrugadores en la cola para acceder a la función, Paulino González y Leticia Zárate, con sus niños César y Aitor: «Nos parece fantástico que haya vuelto la magia. Habíamos venido ya en las anteriores ediciones y cinco años después volver a tenerla en Gijón es una maravilla», expresaban los adultos, para confesar de seguido que «en realidad éramos nosotros los que veníamos, el más pequeño era demasiado chiquito entonces, esperamos que este año lo descubra y le guste. Y si hay una nueva edición las próximas navidades, volveremos».

Otro grupo familiar, llegado de Langreo, Liliana Antolínez y José González, con sus hijos Vera y Leo, desvelaban que acudir a la Gala era la sorpresa que habían preparado para estos últimos. «En casa jugamos a ser pequeños magos», afirmaba el chico y sus padres elogiaban la ocasión de «poder ver un espectáculo diferente para los niños y sacarlos de casa para ir al teatro». Y desde Oviedo, Eduardo Fernández y May Fernández, con sus hijos Óscar y May, aseguraban que «todo lo que sea que en estas fechas los críos estén un poco entretenidos nos parece genial y la magia es muy divertida. Estamos seguros de que nos lo vamos a pasar todos muy bien».

La gijonesa Sara Corujo con sus niñas Alba y Vennela, opinaba que «el que haya vuelto la magia es una idea fenomenal, todo lo que sea traer cosas nuevas y en estas fechas que no hay muchos planes para toda la familia, me parece estupendo». Mientras, las pequeñas se mostraban felices de poder asistir a un espectáculo «donde vamos a ver si aprendemos algún truco, porque nos gustan mucho los de cartas». Y como prueba fehaciente de que la magia no solo atrapa al público infantil, los langreanos Gabino Saavedra y su hija veinteañera Claudia exhibían con sonrisas sus entradas: «Este fue el regalo de cumpleaños de mi padre, no lo esperaba», revelaba la joven.

Todos lucían satisfechos a la puerta del Jovellanos, Y eso que el mago español Charlie Mag todavía no había saltado al escenario con el número en el que fusiona prestidigitación y flamenco. Tras él, el belga Aaron Crow robó el aliento a todo el respetable con sus arriesgados trucos y el alemán Julius Frack se sirvió de tres niños del público para dar un golpe de efecto en su primer truco. Era solo el principio: quedaban flechas, puñales, catanas y ayudantes voladoras, en una noche en el que el más avispado tuvo que frotarse los ojos en más de una ocasión.

Prueba del tirón de esta semana de la ilusión, Divertia anunciaba ayer que ante el éxito en la venta de entradas para el espectáculo la Magia de Jandro del próximo sábado se ha programado una función extra en sesión matinal –a las 12.30 horas, que se suma a la ya programada a las 19–, para la que ya se pueden adquirir localidades desde hoy mismo.