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Uno de los ensayos del título que unirá a la OSPA y Oviedo Filarmonía sobre el escenario del Campoamor mañana. ÓPERA DE OVIEDO
El oro vuelve al Rin

El oro vuelve al Rin

Oviedo termina con su leyenda antiwagneriana con 'El ocaso de los dioses', que inaugura su ciclo operístico

RAMÓN AVELLO

OVIEDO.

Lunes, 9 de septiembre 2019, 01:47

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En un prólogo y tres jornadas, Richard Wagner ideó una larga historia dramático musical que comienza con el robo del oro del Rin, con el que se forjó un anillo que concedía el poder, y termina con ese anillo regresando a las aguas del famoso río. Pero, ¿cuánto tiempo real ocupa ese prólogo y esas tres jornadas, organizadas en cuatro dramas musicales? Si nos atenemos al tiempo en el que Wagner tardó en componerlo, veinticuatro años.

La primera redacción del libreto comenzó en 1848 y la última nota de la partitura se escribe en 1872. Wagner empezó a escribir el texto literario por el final. Primero 'El ocaso de los dioses', inicialmente con el título de 'La muerte de Sigfrido'. Cuando finalizó la primera versión, pensó que, para explicar lo que pasaba en 'El ocaso', necesitaba remitirse a un tiempo anterior, y escribió 'Sigfrido'. Pero, para entender a Sigfrido y Brunilda, eran precisas otras obras anteriores, y así nacieron los textos de 'La walkiria' y 'El oro del Rin'. Para la música, procedió con el orden inverso al libreto. Una representación seguida de la tetralogía duraría, contando los descansos, unas veinte horas.

Hace siete años, tal vez para aminorar cierta leyenda antiwagneriana que tiene Oviedo, la temporada ovetense programó a medio plazo, y como producción propia de la Ópera de Oviedo, la representación integral de la tetralogía 'El anillo de los nibelungos'. En septiembre del 2013, se escenificó 'El oro del Rin', del que recordamos que fue la primera vez que vimos en el Campoamor el 'video mapping', proyección de imágenes sobre superficies, creadora de un efecto de movimiento, envolvente y tridimensional. Dos años después, en septiembre del 2015, se representó 'La walkiria', con una inolvidable Elisabete Matos como Brunilda. En el 2017, llegaron hazañas juveniles del héroe wagneriano por antonomasia y en esta LXXII temporada el círculo de la tetralogía se cierra con 'El ocaso de los dioses', que se representará en el Campoamor, a las 19 horas, los días 10, 14, 17 y 21 de septiembre.

Producida por la Ópera de Oviedo, 'El ocaso de los dioses' contará con la dirección musical de Christoph Gedschold, director de la Ópera de Leipzig y que debuta en el Campoamor al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias y Oviedo Filarmonía. La dirección escénica o, como se dice en la página web de la Ópera de Oviedo, el «concepto visual», corre a cargo de Carlos Wagner, conocido por el público asturiano por una desenfocada 'Carmen', en la pasada temporada, 'Sigfrido' y 'El duque de Alba'. Respecto a las voces, el elenco lo encabezan la soprano suiza Stéphanie Müther, que interpretará a Brunilda. Stéphanie debuta en el Campoamor con este papel que interpretó recientemente en la Ópera de Chemnitz y que el año próximo llevará al santuario wagneriano de Bayreutz. Mikhail Vekua, que interpretó en el Campoamor, hace dos años, a Sigfrido en la ópera homónima, regresa con el mismo papel, encarnando al Sigfrido más maduro y trágico. El reparto lo completan Boaz Daniel (Gunter), Zoltan Nagy (Alberico), Berna Perles (Gutrune y tercera Norna), Taras Shtonda (Hagen), Agnieska Rehlis (Waltraute), Cristina Faus (primera Norna), Sandra Ferrández (segunda Norna), Vanesa Goikoetxea, Marina Pardo y Marina Pinchuk (las hijas del Rin), y el Coro de la Ópera de Oviedo que dirige Elena Mitrevska.

Un gran fresco sinfónico

Además de la más larga, 'El ocaso' es, por su profusión simbólica, la más compleja de la tetralogía. Se estructura en un prólogo y tres actos subdivididos en varias escenas. En él, las Nornas -las sibilas nórdicas que poseen el poder de la adivinación- anuncian que el tiempo de los dioses está terminando. La segunda parte del prólogo nos presenta a Sigfrido y Brunilda. Este se despide de su amada para partir por el Rin, en busca de aventuras. En los siguientes actos, Sigfrido llega al reino de Gunter, rey de los gibichungos, asesorado por Hagen, el hijo de Alberico, rey de los nibelungos. Sigfrido olvida a Brunilda, le roba el anillo y se une a Gutruna, hermana de Gunter, al que intenta emparejar con Brunilda. Brunilda, ofendida, informa a Hagen sobre la vulnerabilidad de Sigfrido, que tiene en la espalda su talón de Aquiles. Hagen asesina a Sigfrido, Brunilda se inmola arrojándose a la pira funeraria de Sigfrido. El fuego atizado por el amor es tan intenso que destruye el walhala y a los dioses. El río se desborda sobre el fuego, arrastrando entre sus cenizas el anillo, que así vuelve a las profundidades. Termina la historia de los dioses para comenzar la historia de la humanidad.

Para el espectador actual, hay en 'El ocaso' un exceso narrativo por el que los personajes explican sucesos anteriores. Pese a ello, es el drama musical de Wagner más operístico en el sentido tradicional, con numerosas escenas concertantes que ilustran de una manera habitual en la ópera los diálogos entre personajes.

Musicalmente, la densidad orquestal, con preeminencia de vientos, se sustenta en una multiplicidad de leitmotivs -breves melodías o motivos musicales que se asocian y simbolizan ideas, personajes u objetos-, que se entretejen a lo largo de la obra. Entre cientos, los más significativos son el de la naturaleza y el Rin, el de la maldición del anillo, el del bebedizo que toma Sigfrido y que le hace olvidar, tomado de 'Tristán e Isolda', el del destino, la muerte, y, muy especialmente, el de Sigfrido y Brunilda, enlazados en la hoguera final y constituyendo en su unidad un nuevo leitmotiv: el de la redención.

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