Carlsen se proclamó vencedor del Torneo Magnus
La prueba ha sido la más fuerte de la historia del ajedrez on line
Magnus Carlsen se impuso por la mínima a Hikaru Nakamura en la final del Torneo Magnus Carlsen Invitational que ha organizado Chess24.com, el virtual club ajedrecístico del que él mismo es socio y que pretende aumentar su oferta con interesantes torneos y una importante cantidad de vídeos que ayudan a mejorar la comprensión de este apasionante mundo de las sesenta y cuatro casillas a través de la red. De momento, este ha sido el torneo más fuerte de la historia entre los que se han disputado «on line».
El noruego Magnus Carlsen, que cumplirá treinta años el próximo mes de noviembre, es el actual campeón del mundo en las tres modalidades de tiempo, tanto de ritmo clásico, como rápido y relámpago, mientras que el estadounidense Hikaru Nakamura, que ha cumplido los treinta y dos años, es el número uno del ránking mundial de ajedrez relámpago. Su nombre, en japonés, significa luz, aunque ayer no encontró la necesaria para derrotar al escandinavo.
En el primer enfrentamiento, Magnus Carlsen, que condujo el primer color, eligió una Apertura Inglesa. Empleó cinco minutos más que Hikaru Nakamura para los quince primeros movimientos. Entraron rápido en un final con ligerísima ventaja para el blanco, con un caballo bueno frente a un alfil que no lo era tanto, un tema clásico de la estrategia que exige una técnica muy depurada en los finales de partida, un aspecto en el que brilla muy especialmente el campeón mundial. Tras varios rifirrafes de escasa intensidad, porque no había suficiente energía para más, la situación llegó a una posición de tablas. Ahora bien, era una de esas clásicas situaciones en las que hay que adoptar decisiones muy precisas durante muchos movimientos, algo realmente muy difícil. Hikaru Nakamura no logró la necesaria precisión de relojero suizo que exigía la circunstancia y, después de más de cuarenta jugadas, Magnus Carlsen se anotó el triunfo.
En la segunda partida, Hikaru Nakamura eligió un Gambito de Dama y Magnus Carlsen escogió la Defensa Eslava. El noruego salió bien de la presión y neutralizó con cierta facilidad la superioridad que otorga el primer color, aunque, tras algunos cambios de material, el estadounidense logró cierta ventaja y el escandinavo comenzó a sufrir y a consumir tiempo, otro elemento determinante, especialmente en estos ritmos. Magnus Carlsen elaboró un plan defensivo que, a simple vista, parecía excelente, pero Hikaru Nakamura encontró otro magnífico para desbaratar la idea de su rival y, poco a poco, acrecentó su ventaja, en el más puro «estilo carlsen», hasta conseguir el triunfo. Soberbia actuación del americano y empate en el marcador.
En el tercer duelo, de nuevo Magnus Carlsen comenzó el juego con el Gambito de Dama, pero, esta vez, Hikaru Nakamura decidió abrir la posición. El nórdico tenía preparada una entrega de dos piezas por torre y dos peones y la partida se volvió muy tensa, porque era determinante el control de todas las casillas del tablero. El más mínimo error suponía la derrota. Se llegó a un final con ventaja para el noruego. El americano no logró aportar armonía a sus piezas, no encontró el mejor plan y, paulatinamente, su posición empeoró hasta quedar perdido. Excelente exhibición del campeón mundo, que puso el marcador en dos a uno a su favor.
En la cuarta justa, Hikaru Nakamura estaba obligado a ganar para nivelar la batalla. Al mando del primer color, escogió, como en la segunda partida, un Gambito de Dama y Magnus Carlsen eligió también la Defensa Eslava, pero esta vez optó por la antigua variante Cambridge Springs. El estadounidense empleó la ventaja de espacio para presionar a su oponente, que, de nuevo, empleó mucho tiempo en la apertura, aunque le sirvió para encontrar la manera de salir de los problemas. Luego no estuvo acertado y se complicó la vida. Hikaru Nakamura logró un peón de ventaja y disfrutó de una posición ganadora, pero no encontró el plan correcto para transformarla en victoria y Magnus Carlsen forzó el reparto del punto, con lo que firmó su triunfo en el match y en el torneo.
El noruego ganó la prueba que lleva su nombre y setenta mil dólares, que no están nada mal, mientras que el americano se llevó cuarenta y cinco mil, otra cifra importante.