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SANTY MENOR
AVILÉS.
Viernes, 18 de enero 2019, 00:15
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Dani Tejerina es el protagonista de una historia peculiar. Una historia sorprendente, difícilmente repetible y que tiene a la Fundación Deporte Avilés como eje. Gijonés de 28 años, 'Teje' llevaba hace un año siete temporadas en el Cafés Toscaf Atlética Avilesina, con el que consiguió ascender a Primera Nacional, posicionándose entre los mejores equipos de la categoría.
Una lesión de espalda y los horarios de un nuevo trabajo le hicieron abandonar la exigencia del conjunto cafetero, finalizando la temporada con el Candás, en Segunda. A través de su pareja, Alba, jugadora del Pasek Belenos, conoció el rugby, deporte en el que se comenzó a introducir, hasta el punto de afrontar desde septiembre un nuevo reto, que le ha hecho cambiar la cancha de balonmano por el oval.
«Había decidido dejar el balonmano y la verdad es que el rugby, y sobre todo el ambiente que se respira en el entorno, me atrajo desde el principio», reconoce el deportista. Teje se 'tragó' toda la fase de ascenso a División de Honor B la pasada temporada, con viajes a Ferrol y a Pamplona incluidos, y a lo largo del verano fue barruntando la posibilidad de iniciar una nueva etapa, decisión que tomó definitivamente en agosto.
«Desde el principio tuve muy buena relación con el entrenador del año pasado, Jordi, y antes de ir a echar una mano en el Candás ya me dijo que probara, aunque al principio me resistí», sonríe. Con el paso de las semanas «entablé muy buena relación con los argentinos y al final hice una apuesta con Caio. Me dijo que si subían tenía que empezar a entrenar. Al final no lo consiguieron, pero aquí estoy». Teje, que ha perdido más de diez kilos desde agosto, espera con ilusión y motivación un debut que no será fácil, pues «he empezado de cero, estoy en un equipo que lucha por el ascenso y ahora vienen partidos difíciles». Sin embargo, como buen jugador de equipo, asume su rol y tiene claro que «esta temporada era de adaptación. Todavía estoy cogiendo los mecanismos y sólo tengo palabras de agradecimiento para todos los que forman el club, directivos, entrenadores y compañeros. Me han acogido de forma increíble».
Tras dieciocho años en el balonmano, desde que comenzó en los equipos base del Revillagigedo a Primera Nacional con el Toscaf, Teje está acostumbrado a vivir el día a día de un vestuario y a trabajar con entrenadores exigentes como Juan Muñiz, lo que no impide que valore «el ambiente espectacular que tenemos en el Belenos. En balonmano siempre estuve en buenos vestuarios y éramos una piña, pero esto, como digo yo, es una secta», bromea. «Vamos juntos a todos los sitios y te incluyen para todo. Cada poco hacemos comidas o cenas y ya está ahí el carnaval, donde sé que el Belenos tiene mucha importancia».
En lo que respecta a lo deportivo, Dani actuará como segunda línea y está encantado con la ayuda que le brindan día a día tanto sus compañeros como Mario Copetti, «que está teniendo mucha paciencia conmigo». También se acuerda de Felipe Blanco, pues «en cualquier otro club cuyo objetivo sea ascender, si vas siendo nuevo y de cero, lo normal es que pasen de ti. Sin embargo, me han hecho ficha y me han animado siempre». Tejerina sigue a diario la actualidad del Toscaf, donde juega su hermano. «Tengo muchos amigos allí y les deseo lo mejor. Han sido meritoriamente campeones de invierno y ojalá puedan subir».
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