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El capitán Raúl Entrerríos, rodeado por sus compañeros, levanta el trofeo que acredita a España como campeona de Europa. EP

Raúl Entrerríos entra en la leyenda

El capitán asturiano conduce a los 'Hispanos' a renovar su cetro de campeones de Europa | La defensa del conjunto español se impone a Croacia y gana la plaza directa para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

MIGUEL ÁNGEL PINDADO

ESTOCOLMO.

Lunes, 27 de enero 2020, 01:17

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España revalidó su título europeo en una final agónica en la que la igualdad y las defensas se impusieron por completo a los ataques. Con este triunfo, los 'Hispanos' consiguen retener el cetro continental, algo que no se conseguía desde hace más de veinte años, y además se ganaron la plaza directa para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Y lo hicieron de la mano de su capitán. Potente y polivalente como muy pocos jugadores, el asturiano Raúl Entrerríos (Gijón, 1981) ha actuado con vehemencia, sin miedo y con el aval de su buena trayectoria. Bien arropado en la asunción de responsabilidad, no le ha pesado en ningún momento el 'papel' desempeñado como capitán. Criado a la sombra de su hermano Alberto, siempre se mostró remiso a ser protagonista. Pero su tesón, su trabajo y sobre todo su visión del balonmano como juego combinativo y de equipo nunca han pasado desapercibidos.

Ahora ha sumado su segundo oro europeo -que se incorpora a un currículo ya con otro oro , una plata y un bronce europeos, un oro y un bronce mundialistas y un bronce en los Juegos de 2008-. Pero, al margen de sus impresionantes logros deportivos, Raúl Entrerríos siempre se ha caracterizado por ser un jugador limpia, correcto, respetuoso siempre con el rival y muy especialmente con los colegiados. Siempre amable y dispuesto a ayudar, siempre servicial y proclive a dejar el protagonismo para los demás, aunque sepa que va a ser él quien levante los trofeos de su equipo, porque con su forma de ser se ganó en todos los equipos en los que militó los galones de capitán.

El gran capitán gijonés, a punto de cumplir los 39 años, ha anunciado su retirada del balonmano profesional, después de concluir esta temporada y los Juegos Olímpicos de Tokio. Son casi 20 años en la élite en la élite del deporte español y mundial pero sigue siendo una pieza imprescindible y todavía con mucho que mostrar y enseñar a las futuras generaciones.

Pero, ayer, españoles y croatas ofrecieron una final menos vistosa que sus partidos anteriores, conscientes de que estos duelos solo valen si se ganan. En la primera mitad, fue Croacia la que mandó en el electrónico siempre con exiguas ventajas, pero las apariciones de Maqueda y sobre todo del portero Pérez de Vargas revolucionaron el encuentro para España, que se fue al descanso con mínima ventaja.

Tras el receso, ambos equipos defendieron cerrados atrás y los treinta minutos fueron casi un calco del partido de la fase anterior que disputaron ambos: España se marchó fácil en el marcador y se atascó por completo durante casi diez minutos. Pero los 'Hispanos' supieron jugar mejor los minutos decisivos para llevarse el título y volver a ganar a Croacia una final, como ya ocurriera en el Mundial de 2005.

España en ataque ofrecía la movilidad de sus hombres para desconcertar a la defensa croata y buscar soluciones relativamente fáciles para anotar. De esta forma, aunque la selección balcánica fue la que tomó el mando en el marcador, este se movía con cuentagotas en un intercambio de goles. Y es que en una final y ante equipos de tanta calidad, cualquier mínima ventaja se puede convertir en una auténtica losa.

No obstante, el equipo español comenzó a tener problemas, perdiendo varios rechaces y balones, que llevaron a Croacia a los tres goles de ventaja (7-10, min. 18). Enseguida Jordi Ribera paró el partido para cambiar por completo al equipo. Dio entrada a Pérez de Vargas en la portería por un desacertado Corrales, así como a Maqueda, Cañellas y Figueras, a la vez que ordenaba una defensa 6-0 más cerrada que obligase a los croatas al lanzamiento exterior.

Pero fueron Pérez de Vargas y Maqueda quienes revolucionaron por completo a los 'Hispanos'. El guardameta se convirtió en un auténtico muro, mientras que Maqueda, con tres goles consecutivos puso el empate en el marcador para que Cañellas, tras una nueva parada de Pérez de Vargas, le diese a España la delantera en el marcador por primera vez en todo el partido (11-10).

Rodado

Tras el paso por el vestuario, todo parecía ir rodado para el equipo español, por lo que Lino Cervar paró el partido. Y tal y como ocurrió en el partido de la 'main round', las tornas cambiaron por completo. Croacia decidió atacar con siete hombres acertando en sus ofensivas y encontrando sin errores las redes de Gonzalo Pérez de Vargas. Pero en ataque, los 'Hispanos' se atascaron por completo. Ocho minutos sin marcar, sin ni siquiera disparar, perdiendo balones absurdos, sin encontrar un hueco en la defensa balcánica, hicieron que Croacia fuese poco a poco reduciendo las diferencias. Alex Dujshebaev acabó con esa sequía par poner el 17-15 a falta de un cuarto de hora para el final, pero sin dar la sensación de poder aguantar mucho tiempo más, ya que Croacia apenas fallaba en sus ataques mientras que España se las veía y deseaba, no ya para marcar, sino para enlazar una jugada colectiva sin cometer errores o pérdidas. Mamic empató a falta de doce minutos (18-18) y la final volvía a empezar pero con tan solo doce minutos por jugar y con España sin un desatascador que encontrase soluciones en ataque.

La tensión se cortaba con cuchillo sobre la pista hasta el punto de que durante seis minutos, ninguno de los dos equipos encontró portería. Croacia dio primero en el clavo con una pantalla a la vieja usanza para que su cañonero Stepancic anotase el 18-19 a falta de seis minutos. Para más inri, y después de un penalti de Aleix, los colegiados ordenaron la exclusión de Entrerríos por una falta sobre Stepancic. En inferioridad y cuatro minutos por disputarse, la defensa hispana demostró de nuevo ser de las mejores del mundo e incluso permitió a España el lujo de colocarse por delante con un gol de fortuna de Dani Sarmiento, al que enseguida respondió Brozovic.

Aleix volvió a anotar de penalti tras una buena jugada de Julen y puso el 21-20 con apenas minuto y medio para el final. De nuevo la defensa hispana resolvió la papeleta para robar el balón y ya en ataque, con un lanzamiento muy poco ortodoxo de Alex Dujshebaev, los 'Hispanos' anotaron el 22-20 que sentenciaba el partido. De nada sirvió el tiempo muerto de Lino Cervar. Su ataque volvió a ser frenado por la excelente zaga hispana, España revalidó su título continental con total merecimiento y se ganó la plaza directa para acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

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