Silencio y rugido de motores. Una extraña pero esta tarde emotiva combinación fue la que ofrecieron esta tarde amigos y familiares del joven piloto asturiano para honrar su memoria. Su casco en alto. Su recuerdo presente. Y Cabañaquinta lloró la temprana marcha de un chaval de 19 años con toda una vida, motera, por delante.
Miércoles, 13 de marzo 2019, 19:53
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